Después de varios retrasos y de varios tráilers que aumentaron la expectativa de los fans y no tan fans de los juegos de peleas, hoy llegó a las pantallas Mortal Kombat, la nueva y flamante adaptación del videojuego sangriento de combates que promete ser la reivindicación de la franquicia después de la fallida adaptación Mortal Kombat: Annihilation de 1997.
Un sangriento y entretenido Combate Mortal para defender nuestro mundo, pero…
En esta ocasión se nos presenta al luchador de artes marciales mixtas, el perdedor Cole Young (Lewis Tan), quien no da una en el cuadrilátero, quien de repente se encuentra con un personaje de otra dimensión que intenta acabar con él y con su familia: el frío y despiadado Sub-Zero (Joe Taslim). Este último fue enviado por el Emperador del mundo exterior, Shang Tsung (Chin Han). Cole logra escapar con la ayuda de Jax (Mehcad Brooks) quien lo manda a buscar a la comandante de las fuerzas especiales Sonya Balde (Jessica McNamee). Gracias a las investigaciones que Sonya y Jax han hecho se le explica a Cole que el mundo está en peligro ya que un torneo legendario se está llevando a cabo en ese momento y Tsung está tratando de acabar con todos los defensores de la Tierra, quienes están marcados con una cicatriz en forma de dragón.
Cole, Jax y Sonya deciden buscar el templo de Lord Raiden (Tadanobu Asano), un dios antiguo protector de la Tierra. Ahí se encuentran los experimentados guerreros Liu Kang (Ludi Lin), Kung Lao (Max Huang) y el mercenario enmascarado Kano (Josh Lawson). Juntos tendrán que entrenar duramente para desatar su arcano, un poder oculto que solo los elegidos tienen, el mismo que les servirá para enfrentarse en el torneo contra las huestes maléficas de Shang Tsung.
Sin embargo, el poder de los malosos parece insuperable. Cole y los elegidos tendrán que arriesgar su propia vida y lo más preciado, sus familias, para poder hacer frente a las huestes del mal. Así, el destino del mundo se definirá a través de estos sangrientos combates mortales.
Una cosa que queda muy clara al momento de entrar a la sala o de adquirir los boletos es que es una película solo para adultos. La razón se nos mostró en los últimos tráilers: las peleas están llenas de desmembramientos, palabras altisonantes y fatalities. Y la verdad es lo que tanto se esperaba de películas como esta.
El director Simon McQuoid logra presentarnos peleas perfectamente bien coreografiadas y montadas con momentos de gore sorprendentes, sobre todo cuando hay fatalities. En ese sentido la cinta cumple estando a la par de una de las franquicias de peleas que siempre se distinguió por lo sangriento. Al combinarlo con diálogos icónicos, los fans de hueso colorado no saldrán decepcionados.
Pero...
La historia que trata de amalgamar y servir de pretexto para justificar estas peleas es totalmente simple y derivativa. Si bien no se necesita una historia demasiado complicada, los momentos en que no hay acción en la pantalla se vuelven lentos y aburridos. Las actuaciones son básicas y hacen sonar los diálogos más ridículos de lo que realmente son. La verdad sí nos decepciona un poco que la historia parezca tan infantil. El plot de salvar el planeta a través de un torneo es de los más simples que se pueden plantear.
No hay desarrollo de personajes, con excepción de la historia de Scorpion que es con la que se inaugura la cinta y que que prometía un trabajo más adulto. Se desmorona con la aparición de los demás personajes.
Los mejores momentos de las peleas ya nos los mostraron en los tráilers y por ese lado no esperen mayores sorpresas.
En resumen
Mortal Kombat es una entretenida adaptación del juego clásico de peleas que no decepcionará a los fanáticos del videojuego ni a los fans de las películas de acción. Por fin tendrán en la pantalla de cine lo que siempre quisieron ver: fatalities, gore y secuencias explosivas que los dejarán esperando por más.
Si no se toman muy en serio la historia y aprovechan las partes intermedias para rellenar su bote de palomitas, pasarán un rato muy agradable mientras gritan FINISH HIM!
🙂
