Los verdaderos motivos por los que Bran el Roto envió a Jon al Muro
Game of Thrones llegó a su fin y la controversia fue mucha. Debemos reconocer que a nivel narrativo se notó la necesidad de cerrar las historias, pero a la vez debemos admitir que el final de los personajes principales del show siempre estuvo marcado.
Una de las grandes incógnitas y debates surgió de la decisión de enviar a Jon Snow al Muro por su crimen, o sea, asesinar a Daenerys Targaryen, la Reina de los Siete Reinos. Fue en el concilio donde se eligió a Bran, el Cuervo de Tres Ojos, o mejor dicho Bran el Roto, Rey de los Seis Reinos, ya que el Norte quedó libre bajo el reinado de Sansa Stark.
Algunos estaban disconformes ante la decisión de Bran, pero enviar a Jon al Norte era la única opción viable, y es que no fue un castigo: en realidad resultó engaño para aquellos que querían hacerle daño, como Grey Worm y Yara Greyjoy. Ambos pedían su muerte, y Arya dejó bien en claro, sobre todo a Yara, que dejara de hablar de matarlo porque iría contra ella.
Sansa también esclareció su posición: tenía más de 2.000 hombres norteños listo para luchar por Jon Snow así que nadie debía atreverse a hacerle daño, y Grey Worm le respondió que utilizaría a Los Inmaculados para vengar a su Reina. Por eso Bran fue sabio y envió a Jon al Muro para así evitar una nueva guerra: sabía que Jon quería volver al Norte, a su hogar, además que nunca quiso ni le interesaba ser Rey de TODO Westeros (recordemos hasta que no quiso ser, en su momento, Lord Comandante de la Guardia de la Noche o Rey del Norte).
Jon pudo entonces volver a reunirse con Tormund y Ghost mientras era recibido por el pueblo que él logró salvar de la amenaza de los White Walker. Luego, se fue más allá del Muro donde, al final de cuentas, siempre fue lo único que eligió. Desde el comienzo había decidido ser parte de la Guardia de La Noche, y si bien su guardia terminó, eso fue para proteger a su familia, y ciertamente la dejó a salvo.
Bran siempre supo que no solo resguardaba a Jon Snow sino que además lo devolvía a su lugar de confort mental. Menos mal.