La temporada final golpea desde el primer minuto

Volvió Mr. Robot. La serie de Sam Esmail que tiene a Rami Malek, último ganador del Oscar a Mejor Actor, como protagonista, está de vuelta con la que será su cuarta y última temporada.

Mr. Robot no es una serie sencilla. No solo por su intrincada historia, sino porque muchas veces las atmósferas que crea Sam Esmail en la pantalla chica son asfixiantes y, en general, cuesta mucho salir de ellas. El primer episodio de la cuarta temporada no fue la excepción y todavía estamos intentando encontrar las palabras para hablar de él, antes de tener que enfrentarnos al segundo.

El primer episodio de la cuarta temporada se tituló 401 Unauthorized y, antes de que la gráfica con el nombre del show apareciera en pantalla, ya estábamos tratando de levantarnos del piso. En menos de cinco minutos, y con bastante poca recapitulación para una serie que se encontró fuera del aire durante aproximadamente dos años, Mr. Robot se cobró la vida de Ángela. La amiga de toda la vida de nuestro querido Elliot Alderson, tras haber sido corrompida, estimulada y traicionada por Whiterose, declaró a voz en cuello su intención de cobrar venganza y tan solo pronunciar esas palabras la llevó a la muerte.

Inesperada, devastadora y terriblemente cruel, la muerte de Ángela se convertirá, sin duda, en el motor que impulsará a Elliot durante toda esta cuarta temporada que ya se ha anunciado como el enfrentamiento final entre Mr. Robot y Whiterose. ¿Podrá Elliot, más aislado que nunca, habiendo perdido su única conexión con el mundo real, enfrentarse al poder del Dark Army?

En un paralelismo maravilloso con el primer episodio de la serie, para avanzar contra Whiterose Elliot ataca a un abogado que trabaja para ella, presionándolo con un vídeo de él (el abogado) masturbándose en un chat en vivo con una niña. Así, Elliot descubre el nombre del banco donde todos los fondos de Whiterose se encuentran y esta será, probablemente, la primera carta que guarde bajo la manga en esta batalla que será muy larga y muy difícil.

El resto del primer episodio sirvió para recordarnos que, en Octubre de 2015, donde se sitúa temporalmente Mr. Robot, la sociedad lentamente está volviendo a su cauce de cara a la Navidad, Tyrell está ahora a cargo de E-Corp (y es profundamente infeliz), Darlene se culpa por la muerte de Ángela e intenta mitigar su dolor con abuso de sustancias, que Dom se encuentra acorralada por el Dark Army en su casa materna y que Whiterose tiene un gran proyecto, del que todavía no sabemos casi nada, que necesita poner en movimiento y contra el que Elliot arremeterá con todas sus fuerzas.

Sin embargo, en ese arremeter enceguecido, Elliot caerá en la trampa de Whiterose, quien lo atrapará y nos hará asustarnos de por vida. En los minutos finales, un rostro que deberíamos conocer (hola, Sam Esmail), inyecta a Elliot una dosis letal de heroína y, a pesar de sus lamentos y esfuerzos, el protagonista del show pierde completamente la consciencia. Entran los títulos y en pocos segundos (que se sintieron horas), Elliot vuelve a aparecer en pantalla, alguien le da Narcan y nuestro antihéroe de capucha negra vuelve en sí y nosotros volvemos a respirar. Welcome back, Mr. Alderson, dice Price, mientras mira a Elliot recomponerse (y a nosotros también). 

La última temporada de Mr. Robot parece decidida desde su primer episodio a despedirse de manera inolvidable. Esmail está sacando a relucir todos sus trucos para mantenernos siempre al filo del asiento, jugando con nuestras emociones y asfixiándonos con tanta angustia. Su protagonista, Elliot, parece estar sumándose en un espiral de venganza y destrucción, dejándonos a nosotros, los amigos del otro lado de la pantalla, en conversación con Mr. Robot. Todo parece a punto de cambiar. No sabemos si estamos listos.