Nos queda un sólo capítulo de la tercera temporada de Mr. Robot y aunque aparentemente no le está yendo muy bien en números, el nivel es mejor que el de la primera, que fue casi perfecta. Una de las cosas que más me atrapa en este año de la serie es todo lo que le está pasando a Ángela. Es tremendo el trabajo que está haciendo Portia porque pasó de ser una de las mujeres más cuerdas y valientes de la serie, a estar completamente ida, hablando sola y creyendo que su madre muerta volverá a la vida de alguna manera. Igual, me da mucho miedo que esto sea real porque hay una planta nuclear y ahí podría haber algo que pueda crear materia, así que quizás es verdad (no).
Mr. Robot tuvo una conversación muy interesante con Wellick y Price en la que el CEO de ECorp le dijo las cosas muy en claras haciendo referencia a algo que se dijo en el piloto de la serie y que se repite bastante a medida que avanzan los episodios. Todo lo que pasa en el mundo, estas pequeñas revoluciones, los atentados, los problemas y las soluciones, pasan porque hay gente con corbata que permite que estos eventos pasen. Uno cree que está en control, cree que es el líder de algo más grande, pero es una simple marioneta del sistema y por creerse Dios, ahora estamos acá.
Los dos personajes más importantes e inteligentes de la serie se acaban de dar cuenta que fueron usados y ni si quiera saben que todo lo que pasó, sucedió porque el Dark Army se quería vengar de ECorp. Esto les servía para poder conseguir que todos los planes de ellos lleguen perfectos a término y al mismo tiempo lo usaron para tenerlo como “en caso de fuego, romper el vidrio”. Esto quedó claro cuando pudiendo parar, ya que consiguieron lo que querían, destruyeron 71 edificios para demostrar que ellos son los que tienen el poder y hacen lo que quieren.