Deberíamos empezar diciendo qué es el terror pop: es aquél terror en el que se hace mucho énfasis sobre la cultura pop, con constantes referencias a la música o a artistas de dudosa calidad que están viviendo sus quince minutos de fama, hecho que hace rozar al pop con lo kitsch o camp, como ya analizara Susan Sontag.
Y en este ámbito, principalmente en la TV, una actriz está teniendo su momento de esplendor. Emma Roberts es nuestra amada de la semana.
Hija y sobrina de los intérpretes Eric Roberts y Julia Roberts respectivamente, la pequeña Emma parecía estar destinada de chica a convertirse en actriz, heredando el carisma de su padre y la bella sonrisa de su tía.
Su debut cinematográfico fue en el 2001 a la corta edad de nueve años, en el film Blow, compartiendo elenco nada más y nada menos con Johnny Depp.
Pero su gran salto a la fama, donde realmente consiguió llevarse los flashes, fue en la cuarta y última entrega de Scream interpretando a Jill, prima de la protagonista Sidney (y finalmente villana de la película). De este momento en adelante parece haberse ligado definitivamente con el terror.
En el 2013 fue su año soñado ya que terminó de establecerse como Emma Roberts y no como “la hija de” o “la sobrina de”.
Por un lado fue parte de la familia ficticia protagonista de We ´re The Millers.
También fue convocada por el productor y director Ryan Murphy para unirse al elenco de American Horror Story.
2015 es su año: finalmente le llegó el primer protagónico en uno de los roles principales de Scream Queens, serie que parodia y homenajea al terror de antaño.
Ojalá que en el futuro Emma Roberts sepa elegir bien sus papeles y no caiga en lo que caen todas las estrellas jóvenes, porque desde It’s spoiler time la amamos y amaremos por siempre.
PD: de regalo unas fotos más de esta belleza total.