El multiverso: distintas caras de una misma historia - Spoiler Time

El multiverso: distintas caras de una misma historia

Imagen principal de la nota
¿Una tendencia actual? El multiverso es más añejo de lo que imaginas. Y también más complicado. El análisis de Luis Miguel Cruz.

El término multiverso suena con fuerza desde que Marvel y DC recurrieron a él para el siguiente paso en la evolución del cine de superhéroes. La noción, por más complicada que parezca en sus respectivos universos, es sencilla: líneas paralelas que muestran cómo habría sido el mundo en caso de que los distintos personajes hubieran tomado un rumbo distinto al que todos conocemos. Un efecto mariposa surgido hasta de la más mínima decisión y que como tal pudo tener consecuencias en el mundo entero.

La idea ha fascinado a la ciencia por generaciones. De hecho, existen incontables investigaciones que especulan al respecto desde la teoría de cuerdas, los estudios temporales y el desconocimiento de los hoyos negros. Todos ellos apuntan a la llamada Teoría M, que en la mayoría de los casos habla de seis a doce universos alternos en donde todo es familiar pero distinto a la vez, aunque también hay quienes creen que no hay razón alguna para hablar de límites y que existen incontables versiones del mundo que se abren cual ramas ante cada decisión que rodea habitantes. En muchas de ellas no existimos como individuos, en otras ni siquiera como especie.

Crédito: Warner Bros.

Sobra decir que estas posibilidades han resultado sumamente atractivas para la ficción. Sí, mucho antes de Marvel y DC siquiera entraran en escena. Tanto así, que sus bases suelen remontarse mucho tiempo atrás de la era moderna, concretamente a los antiguos griegos cuya teoría del atomismo especula la concepción de distintos universos a partir de la colisión de los átomos. Una idea que continuó evolucionando con el paso de los siglos hasta dar el inminente salto a la literatura y posteriormente al cine.

Mundos por explorar

El término multiverso fue acuñado en 1895 por el filósofo William James [vía], pero el uso por el que todos lo identificamos no llegó sino hasta más de medio siglo después. Concretamente en 1963 con la novela The Sundered Worlds de Michael Moorcock, parte de una saga sci-fi cuyo personaje central posee distintas identidades en las diferentes dimensiones. Esto incluye además numerosas versiones de la Tierra, unas primitivas, otras futuristas, otras alternas y unas verdaderamente fantásticas.

Pero para ser justos, su popularización se debe primordialmente al cómic estadounidense. Primero a DC Comics, pionero en su utilización en el número 21 de Justice League of America, que publicado en el año de 1963 pasó a la historia con su título de Crisis on Earth-One. La continuación llegó sólo un mes después con el tomo 22 de la misma serie, titulado Crisis on Earth-Two. Dos realidades alternas cuya colisión fue determinante para asentar las bases de su Universo Prime y así definir la continuidad de la casa editorial.

Crédito: DC Comics

Marvel Comics nunca tuvo problemas con su trama central, lo que no le impidió establecer su propio multiverso en The Avengers #85 que publicado en 1971, reveló que cada línea contaba con su propia versión de los héroes y villanos marvelitas que todos conocíamos. Esto le permitió desarrollar tramas alternas, o como ellos le denominan, sus Tierras. La Prime tiene el nombre de Earth 616, pero existen decenas de variedades distintas. Algunas se limitan a simples eventos como la Earth-811 vista en Days of Future Past o la Earth-295 de Age of Apocalypse; otras han sido desarrolladas más a fondo como la Earth-1610 que corresponde a Ultimate Marvel o la Earth-199999 del Marvel Cinematic Universe.

Crédito: Marvel Comics

Si hoy todos están familiarizados al menos con los elementos más básicos del multiverso es por esta última franquicia que ha trabajado duramente en su desarrollo desde la ciencia, pero también la magia y otros modelos primordialmente fantásticos. Sus bases comenzaron a cimentarse con Avengers: Endgame y desde entonces han sido muchos los proyectos que han continuado su evolución. Desde las series WandaVision, Loki y What if…? a las películas Spider-Man: Sin camino a casa y Doctor Strange en el multiverso de la locura. Se espera que esta última sea el detonante para la inmersión absoluta.

Más allá de la ficción

El viaje multiversal parece sencillo, incluso breve cuando nos centramos exclusivamente al término, pero todo empieza a complicarse cuando nos decantamos por la idea. Realidades alternas, mundos paralelos, universos fantásticos… y es que existen muchos modos de llamarle al multiverso. Tantas, como la infinidad propia del concepto.

Si nos ponemos filosóficos, muchos teóricos consideran que la noción inicial desde la religión misma. No sólo las modernas, sino incluso las más añejas que hoy están extintas, pues ¿qué son el Olimpo, el Valhalla, el Mictlán o el Cielo sino realidades alternas más allá de nuestro acceso y comprensión?

Crédito: Warner Bros. Pictures

Una idea que se ha magnificado con los incontables relatos a través del tiempo de personas que son dadas por muertas y que regresan tras experimentar una serie de visiones incomprensibles para el grueso de la gente. O si nos ponemos menos –¿o más?– espirituales, con la infinidad de historias de fantasmas y aparecidos que según algunas teorías no son sino habitantes de otro plano astral.

Las posibilidades se amplían todavía más desde la ficción. La noción del multiverso suele ser relacionada con el sci-fi, pero lo cierto es que también ha coqueteado continuamente con el fantástico. El grueso de estas historias se cimentan sobre la fusión de la magia y el realismo, siendo El Señor de los Anillos o Game of Thrones estupendos ejemplos al combinar el medioevo con elementos propios de la imaginación. Mundos tan familiares pero a su vez tan distintos que dan una sensación de ser paralelos al nuestro, existentes antes del tiempo mismo.

Más evidente es el caso de El mago de Oz, Alicia en el País de las Maravillas o Las crónicas de Narnia, por nombrar algunos, que adentran a sus protagonistas en auténticas realidades alternas de distintas maneras. Ninguna mística ni científica, pues la inmersión se da a través del sueño o con el uso de portales mágicos como el mítico ropero concebido por CS Lewis. Tramas concebidas como viajes de ida y de vuelta, que como tal, están pensados para dejar grandes enseñanzas en sus protagonistas, pero también en el público que no puede sino emocionarse con la posibilidad de cruzar un umbral de este tipo algún día.

Crédito: Walt Disney Pictures

Entender el multiverso

La multiversalidad, en cualquiera de sus nombres, es un elemento sumamente recurrente en la ciencia ficción, concebida a partir de nociones patafísicas con el fin de plasmar “lo particular, lo único e irrepetible […], las soluciones imaginarias, teóricamente posibles pero irrealizables en la práctica” [vía].

Por esto mismo la idea se ha tornado tan atractiva para los creativas, porque las narrativas pueden valerse de prácticamente cualquier teoría para alegar rigor científico cuando lo cierto es que no hay una certeza absoluta de nada. El ejemplo más reciente es Avengers: Endgame, cuyos personajes más brillantes defendieron en pantalla las premisas de su viaje temporal desechando abiertamente otras nociones previas como la de Volver al futuro, la cual contradecía sus bases. Ambos títulos aludieron a la realidad alterna a su modo: ya fuera con modificaciones palpables en una única línea temporal o con la apertura de líneas paralelas que se ramifican con cada decisión. Buena prueba de que las opciones son innumerables.

Crédito: Marvel

Así lo demostró Edwin A. Abbott en 1884 con su novela Flatland: A Romance of Many Dimensions que describe un mundo bidimensional. O Douglas Adams en 1992 con Mostly Harmless, parte de su serie Hitchhikers Guide to the Galaxy que se vale de un eje de la cuarta dimensión para ahondar en los mundos infinitos. Ni qué decir de Philip K. Dick que en 1962 reinventó la historia con The Man in the High Castle que mostró un mundo en que Alemania sale victorioso de la II Guerra Mundial. Todo esto sin olvidarnos de HG Wells, que en 1895 se convirtió en la mente maestra del viaje temporal con su La máquina del tiempo. Incluso Friends con The One That Could Have Been en el que el grupo de amigos imagina cómo habrían sido sus vidas en caso de haber tomado otras rutas. Algo que, admitámoslo, todos hemos hecho en algún momento. Y es por esto que la multiversalidad resulta tan atractiva, por el simple hecho de que más allá del rigor científico nos permite vislumbrar otras realidades en donde todo pudo ser mejor o peor.

El multiverso es tan rico que sin querer se ha tornado metanarrativo. No nos referimos al ya mencionado MCU ni al DC Extended Universe que también nos adentrará en los mundos paralelos con The Flash. Más bien a todas las franquicias cuyo pobre tratamiento ha resultado en tantísimos reboots que hoy hay muchos modos de disfrutarlas. Ahí está el Superman de Donner que puede continuar del modo original, o con el corte del director o con Superman regresa; o Terminator cuya primera modalidad se extiende a la guerra contra las máquinas en Salvación, para luego llevarnos de vuelta al origen con Génesis y finalmente cambiarlo todo con Destino oscuro; ni qué decir de Halloween, con tantas modificaciones a través del tiempo que presuntamente hay más de cien modos de construir la historia. Mención especial para Spider-Man: Sin camino a casa que erradicó los debates sobre el Spider-Man definitivo demostrando que en el multiverso hay cabida para todos.

Crédito: Sony

Y es que en el multiverso no hay nada escrito, sino que todo está abierto al valor de las incontables posibilidades que rodean nuestra propia existencia. Es por esto mismo que la noción ha resultado tan atractiva para la ficción, pero también para nosotros como individuos, ya que lejos de simples miradas al pasado, nos permite coquetear más abiertamente con la idea de qué habría pasado sí…

Más en Spoiler Time

Últimos estrenos
JustWatch
Serie -
Amigos y vecinos
Amazon Prime Video, Apple TV+
Serie -
Government Cheese
Apple TV+
Serie -
El jardinero
Netflix
Serie -
La niña robada
Disney Plus