Término Euphoria y se posicionó como una de las mejores series de este 2019. Es claro que esta calificación se debe no solo a la complejidad de los temas que aborda como la sexualidad y drogas en la adolescencia actual (con todos los estímulos a los que los jóvenes se ven expuestos) sino también a la profundidad de sus personajes.
Con un gran guión y ni hablar de su espectacularidad visual, Euphoria construyó personajes en cuyos matices nos encontramos tanto con sus partes frívolas como con partes vulnerables. Así es como Euphoria plasmó en sus capítulos a uno de los villanos más reales y aterradores que hemos visto en mucho tiempo. ¿Por qué decimos esto? Porque lo que se esconde detrás de una fachada de chico bueno es un sociópata que hace uso y abuso de sus privilegios. Hablamos de Nate Jacobs, un joven a quien vemos enojado y disgustado gran parte del tiempo, sobre todo en la intimidad.
Lo vimos ir tras un joven, Tyler, ya que consideró que violó a Maddy y lo molió a golpes sin que le temblara el pulso. Por este tipo de actitudes Nate provoca una mezcla de emociones, porque muchos lo aman y otros lo odian, un reflejo de una realidad dada. Más allá de parecer un sociópata, representa una mirada honesta e inquebrantable de lo que es ser un joven blanco de una clase acomodada, además de representar una ira estereotípica y a la vez la masculinidad tóxica.
Se podría decir que Nate representa al típico macho pero con un giro más, un giro de auto represión detrás de su armadura de chico bien: algo oculta, no sabemos si es su propia sexualidad o el hecho de ser criado por un hombre que reniega de la sexualidad propia escondiéndola y vendiendo para el afuera la imagen de padre de familia y hombre exitoso. A raíz de esto, Nate reproduce parte de la actitud de su padre, no solo por reprimirse sino por molestarse cada vez que Maddy es auténtica y deja de representar esos valores que están establecidos hacia y para las mujeres de ese sector de privilegiados, como por ejemplo parecer casta y pura.
Volvemos a decirlo: Nate es lo que son, y las familias confluyen en su personalidad. Su relación con Maddy es tóxica por presiones de sus familias, la que apoyan y defienden los valores arcaicos. Nate y la agresión verbal constante hacia su novia (según él, se viste como “una perra” y desafía a su familia) es peligrosamente tomado como una travesura adolescente cuando en realidad eso es lo grave de la cuestión: de jóvenes insulsos a futuros mayores impunes.
Es un personaje que genera miedo, no solo por lo complejo de su relación con su familia, sino por todo lo que es capaz de hacer utilizando sus privilegios. Recordemos lo que hizo con Jules, aunque aún no queda en claro si la motivación al dañarla fue por haber estado con su padre o de la misma negación de sentirse atraído por una chica trans.
Para todos, Nate Jacobs es el típico joven que parece bueno y será exitoso, y eso es lo que genera terror: es un reflejo y producto de esta sociedad donde constantemente hombres privilegiados abusan de su postura para dañar a cualquiera que pueda hacer peligrar su posición dentro de la sociedad.