Una segunda parte de El Diablo Viste A La Moda es posible solamente si…

Vaya revuelo que causó la noticia de una secuela de El diablo viste a la moda. Y es que ayer se reveló que Disney había comenzado a trabajar en una continuación de la exitosa y amada película que protagonizaron Anne Hathaway, Meryl Streep y Emily Blunt que todo parece indicar se situará en el presente actual; es decir dos décadas después de los eventos que ya todos conocemos.

Como es común en estos proyectos que retoman historias ya conocidas y queridas por una gran audiencia, el público manifestó su desconfianza ante lo que podría ser el resultado, más tomando en cuenta que la película original no solo es muy querida, sino que su historia es redonda, es decir, no deja un cabo suelto para una secuela.

Y aunque muchos podrían decir que Hollywood ya no tiene ideas, así como muchos en su momento dijeron lo mismo de Gladiador II y que ahora están emocionados por la secuela, a diferencia de la nueva película de Ridley Scott, El diablo viste a la moda tiene dos fuentes naturales que podrían dar origen a la secuela.

Lauren Weisberger, autora original de la historia, presentó una segunda novela en 2013 llamada Revenge Wears Prada: The Devil Returns y posteriormente, en 2018, una tercera llamada When Life Gives You Lululemons; por lo cual hay material para seguir esta historia para que Hathaway, Streep y Blunt vuelvan para dar vida a Andy, Miranda y Emily, una o dos veces más.

Pero los primeros detalles de la secuela cinematográfica parecen ser un proyecto diferente a lo que está escrito en los libros. La historia, a cargo de Aline Brosh McKenna –quien adaptó el primer libro–, se sitúa en el presente actual con una Miranda luchando por mantener Runway en la cima del éxito, pero las nuevas formas de comunicación, como las redes sociales, no han estado de su lado y para lograr no quedarse atrás, necesitará ayuda de su ex-asistente, Emily, quien se ha convertido en una exitosa publicista.

Esta sinopsis fue la que generó incertidumbre ante el público, el cual una parte ya augura un posible fracaso, pese a que parte del elenco original podría formar parte de esta continuación. Pero, ¿es acaso una alerta de pánico o solo una sobre exageración como ya es costumbre?

Al igual que muchos, yo me considero un gran fan de El diablo viste a la moda, tanto que en una época, donde aún contaba con sistema de televisión restringida, al estar en el zapping televisivo si me encontraba con ella la dejaba sin importar en qué momento de la película estuviese. Por lo cual la noticia me emocionó, pero también me hizo preguntarme sobre la necesidad de ver una continuación.

La historia original, como bien ya lo dije, logra tener un guion redondo en donde la protagonista Andy (Hathaway) tiene este viaje profesional a través del trabajo que un millón de chicas mataría por tener, el cual la lleva a un punto donde se da cuenta que no está contenta con lo que le ofrece y con que se estaba dejando consumir por ese mundo que ella despreciaba.

El diablo viste a la moda fue revolucionaria, no solo por adentrarse al mundo de la moda y hacer un reflejo de lo que editora de Vogue, Anna Wintour, lleva haciendo por años; sino porque le habló a un público joven que estaba incorporándose al mundo laboral y competir por el trabajo de sus sueños. Haciéndole saber que tal vez ese deseo pueda costar lágrimas, sudor y sangre, pero que no vale la pena si no eres feliz.

Una continuación como la que se plantea desvirtuaría el gen de los personajes. En primera porque Miranda viéndose orillada a pedir ayuda de Emily parecería imposible para una mujer de su carácter, a quien le cuesta verse vulnerable y más cuando se trata de su trabajo en Runway donde ella está consciente de su labor frente a la prestigiosa revista de modas.

Luego tenemos a Emily como una exitosa publicista, lo cual no sería una locura, ya que ella siempre controló la agenda de Miranda de forma efectiva y no por nada fue su asistente que más duró a su lado. Pero al mismo tiempo, el carácter de este personaje está bajo la sombra de su jefa, por lo cual se tendría que justificar muy bien el cómo logró superar esa situación. Cabe destacar que esta línea dramática se explora más en el tercer libro donde Emily se convierte en realidad en una asesora de imagen que se enfrenta a un nuevo cliente igual de duro que Miranda.

Y aunque la pequeña sinopsis no revela como tal el regreso de Andy, sabemos que las negociaciones con Anne Hathaway han comenzado y que además sería un error la continuación de esta historia sin este personaje. Por lo cual la trama del segundo libro, donde Andy ha logrado tener su propia revista y una boda en puerta podrían ser parte de la trama, sumado a que en el impreso se habla de que ella no ha sanado del todo su pasado por Runway y regresar a lado de Miranda es el momento para cerrar de una vez por todas ese capítulo.

Si hay una historia que me parece digna de revisar en una secuela es la de Nigel, el personaje interpretado por Stanley Tucci, quien al final de la primera película original es traicionado por Miranda, quien con tal de salvar su puesto en Runway, toma la decisión de que Jacqueline Follet (Stephanie Szostak) tome las riendas de la marca de James Holt (Daniel Sunjata), que le habían sido ofrecidas a Nigel. El sentir de este personaje que terminó por resignarse a trabajar siempre para Runway podría ser una línea dramática interesante de cómo hasta el mejor trabajo puede apagar a cualquier persona.

Tal parece que Aline Brosh McKenna tomará elementos de las dos secuelas literarias para crear esta nueva historia en la que también se presume, no solo estarán las conocidas actrices, sino que el director David Frankel volverá. Lo cual parece que Disney apostará por tener todos los elementos necesarios para que la magia se repita, aunque sabemos que esto no siempre sucede. Dependerá de un guion sólido para tener una respuesta clara de si era necesaria una secuela de El diablo viste a la moda.