Estas son nuestras razones para que veas la serie más infravalorada de Netflix
El show creado por Lauren Iungerich (Akward) y los guionistas Eddie Gonzalez y Jeremy Haft (ll Eyez On Me), es una de las sorpresas más agradables del último año dentro de Netflix y su segunda temporada ratificó lo que su primera entrega nos había mostrado: es una de las mejores creaciones de la plataforma.
Para contextualizar un poco de qué se va, en caso de que no lo hayas visto, el programa cuenta la historia de 5 preadolescentes que viven en Los Ángeles, más específicamente en Freeridge, un barrio dominado por dos pandillas criminales que están en guerra y, mientras lidian con sus problemas en la escuela, en el amor y en sus familias, también se ven implicados en el medio de este enfrentamiento.
La primera temporada es solo una introducción a ese mundo, mientras que en la segunda parte todo va tomando un tono más oscuro, con los chicos cada vez más complicados y más entrometidos en la guerra.
Para tener una pequeña idea de por qué esta es una de las ideas más refrescante de los últimos tiempos en Netflix, On My Block tiene una calificación de 95% en la primera temporada y de 100% en la segunda en Rotten Tomatoes; mientras que en IMDb tenemos un promedio de 8.3.
Lo que hace fabuloso a On My Block es que utiliza algunos de los aspectos de Stranger Things como la lealtad a los amigos, el comienzo en el amor, la comedia y las discusiones sin sentido entre preadolescentes, por ejemplo, pero todo esto en la actualidad, en un barrio real y con raíces latinas, lo que hace que nos podamos conectar mucho más.
Al no tener el elemento de la fantasía en el medio, es mucho más fácil sentir empatía con los protagonistas. Además, aquí los chicos no son un puñado de niños ricos que se meten en problemas raros como en The Society, Stranger Things o muchas otras series de adolescentes: Freeridge es un barrio muy complicado donde nuestros protagonistas se ven obligados a madurar antes de tiempo porque si no lo hacen pueden ser asesinados o caer en la delincuencia, algo que, lamentablemente, es muy común en muchos lugares de Latinoamérica.
Aquí el horror no lo aporta un monstruo fantástico con un nombre raro que vive en otra dimensión: en Freeridge el terror lo aportan LosSantos y Los Profetas, las dos pandillas que están en guerra. Uno de nuestros chicos (César), es hermano del líder de una de las bandas, por lo cual, sin quererlo, convierte a sus amigos en un blanco y de allí surge toda su implicación en el asunto.
Además, los personajes son geniales: Monse (Sierra Capri), Ruby (Jason Genao), Jamal (Brett Gray) y César (Diego Tinoco) son el núcleo del programa. Al correr de los episodios se suman Jasmine (Jessica Marie Garcia) y Olivia (Roonie Hawk), como otras dos integrantes muy importantes dentro del grupo de amigos.
Jamal, Jasmine, Ruby y Monse (en ese orden) se roban la serie. Los tres primeros tienen una actuación excepcional en ambas temporadas.Jamal es el más miedoso e inseguro del grupo, pero al mismo tiempo el más cariñoso y también el más cómico, es imposible no amarlo. Jasmine tiene una participación limitada en la primera edición del programa, pero todas sus intervenciones son maravillosas. En la temporada 2 tiene más tiempo en pantalla y esa es la verdadera razón por la que el show ha mejorado. Pasó de ser la chica odiosa y a la que no querían, a ser una parte vital dentro del grupo, su personaje tiene varias aristas ahora y eso la hace una de las mejores. Ruby y Monse, por otro lado, comparten el liderazgo. Él es el hablador del grupo, el que tiene más confianza, el más inteligente, siempre trata de mantener al grupo junto. Genao hace un trabajo espectacular representando cada estado de ánimo (y son muchos) por el que pasa Ruby durante los 20 capítulos. Ella, por otro lado, es quien siempre está diciéndoles qué hacer, planificando la próxima jugada, pero su amorío con uno de los miembros del grupo termina complicando las cosas.
La historia dura de cada personaje también es una gran parte de por qué podemos llegar a quererlos tanto: tenemos una chica abandonada por su madre sin razón alguna, un joven que se ve obligado a participar de una pandilla criminal solo por su apellido y otra de las chicas viviendo en una casa ajena porque sus padres fueron deportados. Y estos son solamente algunos casos…
On My Block es una serie que está un tanto escondida en el catálogo de Netflix. Es inexplicable que la plataforma no haya promocionado tanto a su segunda temporada, pero esperamos que a través de su buen rendimiento, puedan prestarle más atención a su próxima entrega. Es un show muy infravalorado y que puede tener mucho éxito si el gigante del streamingpone a todo su aparato publicitario detrás.
Será cuestión de esperar a 2020 para ver qué hacen.