Las primeras tres películas fueron icónicas en los años 80, y sin duda al convertirse en parte de la cultura pop de aquella década, la franquicia y personaje emblema siguen estando muy vigentes en las generaciones actuales.
Pero para ser muy sincero, la floja pero honesta secuela de 2008 debió ser el capítulo final en la historia de John Rambo, pues la secuela que todos pensamos cerraría la historia de un magnífico personaje en 2019 resultó mala.
¿Habrá modo de que una secuela fílmica o al menos la rumorada miniserie de Rambo corrija los tremendos errores de Rambo: Last Blood o sería mejor dejar la franquicia por la paz (como al parecer entendieron los poseedores de los derechos de Terminator, por ejemplo)?
Ya no son tiempos para revivir a Rambo
Por muy aferrado que esté Hollywood a sus eternos remakes, secuelas, precuelas y diferentes variantes de refritos como recurso para no crear nada nuevo, hay franquicias y conceptos que sencillamente ya no embonan con las ideologías actuales. Los héroes de acción de los años 80 no son tan bien recibidos actualmente y ni siquiera tiene que ver con las dosis de violencia o gore (pregúntenle a Nobody o John Wick), sino con el tono y motivos que tienen.
A final de cuentas, para la crítica especializada allá en 1982 la única película de la saga que valió la pena fue la primera, adaptación de la novela First Blood de David Morrell… ¡en donde John Rambo muere al final, redimiendo así sus actos!
Pero ya no era gracioso en 1988, cuando el Libro Guinness de los Records calificó a Rambo III como la película más violenta a la fecha (108 muertos, 221 actos violentos), cosa que escaló la polémica en 1990 con la Masacre de Hungerford, en la cual el asesino supuestamente estaba imitando a Rambo.
Pero todo se fue al traste con Rambo V: The Last Blood, una secuela totalmente innecesaria (John Rambo de 2019 acabó muy bien) en donde John carece de razones de peso para convertirse en un carnicero de un cartel mexicano.
Irónico, pero entre tanta sangre y tripas a lo tonto, la única muerte que debía verse en pantalla estuvo totalmente fuera de cuadro: la decapitación de Víctor Martínez (Óscar Jaenada). Hasta los fans odiaron la secuela, y cientos de cinéfilos reportaron haberse salido de la sala de cine, antes de concluir la cinta.
Creo entonces –y eso que soy fans acérrimo– que Rambo NO necesita de una serie u OTRA película para redimirse. Hace más de 6 meses que Millennium Media dijo que estaba desarrollando una serie junto con The Expendables, y afortunadamente no ha avanzado nada.
¿Será que se dieron cuenta de que es tiempo de dejar que el buen John descanse en paz? Ojalá… y al menos tenemos esa estupenda trilogía ochentera para revisitar una y otra vez.