Nolan nunca será Kubrick - Spoiler Time
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Forma parte del Especial Christopher Nolan

Nolan nunca será Kubrick

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El león viejo vs el león joven.

Bien sabido es que Christopher Nolan es un gran admirador de Stanley Kubrick. El primero ha comentado en varias entrevistas que su amor hacia el séptimo arte comenzó a los 7 años cuando su padre lo llevó a ver una de las obras cumbres de Kubrick: A Space Odyssey. Aseguró que fue en ese momento que descubrió que las películas pueden cambiar la realidad y que no tienen límites, algo que notamos claramente en su filmografía ya que las lleva al extremo.

Es inevitablemente no encontrar referencias de Kubrick dentro del cine de Nolan, pero también debo destacar que no es el único director moderno en el que esto se refleja ya que gran parte de la generación actual que realiza películas tiene a Kubrick como uno de sus íconos. Pero eso es reducirlos intentando llenar un lugar: llamar a Nolan o a cualquier otro director como el nuevo Kubrick es quitarle la oportunidad de ser definido por su propio trabajo y sus realizaciones creativas, dejándole la mera chance de convertirse en una copia o intento de lo que un gran director fue.

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https://www.youtube.com/watch?v=T54uZPI4Z8A

Los puntos de referencia de Nolan hacia Kubrick son muy obvios, por no decir poco resaltables. Ya de por sí, la nacionalidad juega un papel importante: ambos salen de su Inglaterra natal para volverse iconos del cine estadounidense. Por otro lado, no afirmar que la forma de trabajar alejada de la prensa es una similitud constante es un error: ambos directores nunca estuvieron cómodos hablando con periodistas.

Centrarse en la filmografía de ambos directores es la que nos acerca a las diferencias; así entenderemos el porqué es sumamente reduccionista pensar que son lo mismo. Kubrick fue mucho más que el artista que revolucionó todo con su Odisea al Espacio: supo danzar por distintos géneros y rangos en cada una de sus producciones. Sus primeras película fueron vinculadas al cine negro como The Killing (1955), pasó por la comedia bélica con Dr. Strangelove or: How I Learned to Stop Worrying and Love the Bomb (1964), trajo un clásico del terror como The Shining (1980) y profundizó en distintos tipos de drama como con Lolita (1962), A Clockwork Orange (1971) y Eyes Wide Shut (1999).

A su vez, visualmente Kubrick siempre fue puntilloso en cada una de sus producciones; su búsqueda dentro del cine y la precisión para que cada toma quede como lo había pensado en su cabeza fue una marca distintiva. Lo anterior queda en manifiesto al enterarnos que muchas de sus escenas han llegado a los Récord Guinness por las veces que han sido repetidas.

Por su lado, Nolan es mucho más rígido que Kubrick si nos referimos al tipo de historias que decide contar. En su filmografía no encontramos variedad en cuanto a géneros. Él mismo ha admitido que nunca dirigiría una comedia. Entonces queda en claro que es mucho más limitado su espectro. Comenzó en el cine negro con Memento (2000) e Insonmia (2002), dos producciones clave en el resurgir del Film Noir actual. Luego profundizó en la ciencia ficción con producciones Inception (2010), Transcendence (2014) e Interstellar (2014). Coqueteó con el cine de superhéroes con su trilogía de The Dark Knight pero marcando sus lineamientos en cuanto a las producciones de los personajes. Incluso, su última película Oppenheimer (2023) es una biografía épica. En esta podemos ver mucho del camino que construyó a lo largo y ancho de su carrera en cuanto a las cuestiones técnicas como así también en la historia, escrita por él mismo, con personajes que vagan entre el bien y el mal constantemente.

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https://www.youtube.com/watch?v=bK6ldnjE3Y0

Nolan nunca será Kubrick no solo porque podemos verlo en sus propias producciones sino porque además tampoco existe la posibilidad de reemplazar a aquellas personas que dejan una huella innegable en el arte. Sucede con los músicos, con los pintores y por supuesto también con los directores: cada cual desde su subjetividad, deja su propia forma de ver el mundo en cada una de sus piezas artísticas.

Tratar a las producciones de Nolan como simples imitaciones de las de Kubrick es injusto, tanto para él como director como para nosotros como audiencia.

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