Nadie puede poner en duda que el estreno de la última temporada de Game of Thrones era la apuesta más grande de HBO, misma que será imposible superar este año o en los próximos y aunque dejó un gran vacío que la segunda temporada de Big Little Lies no podría llenar, pero que tampoco dejó malos números para el show y menos para la señal premium.
El pasado domingo logró registrar 1.42 millones de espectadores en el estreno televisivo y 2.5 millones contando las repeticiones y transmisiones en streaming. Con lo cual se colocó muy por encima del estreno de la temporada debut que registró 1.8 millones de espectadores en total. Haciendo crecer un 34% más la audiencia.