Hace algunos días se dio luz verde a la secuela fílmica de Mortal Kombat (la que daría seguimiento a los personajes y acontecimientos del reciente reboot de 2021), la cual cuenta ya con los talentos de Jeremy Slater (Moon Knight) como guionista, aunque de momento se desconoce con certeza qué sendero seguirá la historia y mucho menos su fecha de estreno.
Y está bien. Después de todo, aunque la película no fue del todo del agrado de la crítica y mucho menos de las comunidades gamer que la acusaron de “blanda y muy lejana a la trama de los videojuegos”, la realidad es que tanto para New Line como Warner Bros. es un proyecto rentable, habiendo obtenido una taquilla de $83.6 millones de dólares globales (muy bien para ser pandemia) y una de las películas más vistas en HBO Max durante el pedazo que le tocó al llegar allí a finales del año pasado.
Funcione o no la secuela, ¡seguro habrá un público que siga generándole ganancias!
No obstante, hay un gran peleador en las calles...
Pese a lo terribles que fueron las adaptaciones fílmicas de los videojuegos Street Fighter (la OTRA franquicia de videojuegos de pelea, incluso inspiración para los creadores de Mortal Kombat), la realidad es que en su momento las versiones con Jean-Claude Van Damme (1994) y la hermosa Kristin Kreuk (2009) tuvieron leales seguidores, con mucho mejores resultados –aunque de nicho– en películas y series anime como Street Fighter II: The Animated Movie (1994), Street Fighter Zero: Generations (2005) y Street Fighter II-V (1995).
La premisa de toda la franquicia Street Fighter es mucho más sencilla y aparentemente fácil de adaptar a live-action (amén de peleadores tan raros como Dhalsim, Oro y Blanka, por ejemplo) que un torneo entre dimensiones y con una cantidad de violencia y tripas tan intensa como en Mortal Kombat.
Si alguien (Sony Pictures, de preferencia) quisiera aprovechar el rebufo taquillero de Mortal Kombat antes de que a) la gente se sature del género o b) MK2 pueda ser un fracaso y entonces los cinéfilos pierdan fe a películas de este tipo, podríamos estar hablando no sólo de una adaptación más digna, sino más remuneradora que la de Mortal Kombat, teniendo la franquicia de Capcom 35 años en el mercado, contra los 30 años que lleva Mortal Kombat lanzando videojuegos y películas mal adaptadas.
De hecho, hubo algo muy decente en 2015, la serie web Street Fighter: Assassin’s Fist ha sido aclamada por la crítica y los gamers como la mejor adaptación live-action de la franquicia. ¿Por qué no meterle más dinero y hacerla un blockbuster?