OITNB: amor, cárcel y humor

Orange Is The New Black es una serie original de la plataforma Netflix, estrenada en 2013.

Creada por Jenji Kohan la serie es una comedia dramática, protagonizada por Taylor Schilling, Jason Biggs, Laura Prepon, Michael Harney y Kate Mulgrew dentro de un destacado elenco.

La serie está basada en el best seller Orange Is the New Black: Crónica de mi año en una prisión federal de mujeres una autobiografía de Piper Kerman, donde relata las vivencias como convicta.

La protagonista es Piper Chapman (Taylor Schilling), una joven estadounidense que decide entregarse voluntariamente a la cárcel por un delito vinculado al tráfico de drogas y de esta manera poder evitar ser juzgada.

OITNB está cargada de humor negro que le da un toque ácido sin ahondar en dramatismo y dando lugar a momentos “alegres” sin caer en los golpes bajos ni violentos de una serie que está ambientada en la cárcel.

Esta serie está caracterizada por grandes actuaciones y sobretodo muy buenos personajes secundarios que poco a poco van apropiándose de la pantalla y nutriendo la historia con sus propias vivencias y relatos. Pequeños personajes que van ganando los corazones de los televidentes, como es el caso de Suzanne Warren, “Ojos Locos” (Uzo Aduba) quien regala momentos cómicos como emocionantes.

También se destaca la actuación de Laverne Cox como Sophia Burset, una convicta transexual quien logró con este papel ser la primera mujer transexual en estar nominada a un premio Emmy y ser tapa de la revista Time.

Cada episodio tiene la cantidad justa de tensión y diversión, teniendo capítulos dramáticos pero sin obligar a estar con las lágrimas todo el tiempo. O sea, tiene la dosis justa que hace que no puedas dejar de ver uno detrás de otro.

A su vez, cabe destacar el uso (bien aplicado) del flashback, centrándose no sólo en la historia de la protagonista sino dando lugar al resto del elenco.

Tiene la característica de no tener un contenido demasiado violento a diferencia de otras series ambientadas en la cárcel, pero tampoco es todo color de rosas.

Lo que también se destaca es que no hay un prejuzgamiento de los roles de la policía y los carceleros. Si bien hay personajes que se encargan de llevar a cabo el estereotipo de agente-de-la-ley-corrupto, hay otros que se destacan por la empatía y el lazo que van formando con las reclusas.

Pero también es crítico en cuanto al tipo de sistema carcelario en Estados Unidos, mostrando las distintas falencias del sistema pero sin cargar toda la trama con eso.

Toda la conjunción de contenido que posee hace que los trece capítulos pasen uno tras otro. La combinación de problemáticas sociales y experiencias personales traumáticas con la dosis justa de humor hacen que uno quede atrapado en cuanto comenzó el primer episodio.

La canción de la intro fue escrita especialmente por Regina Spektor para esta serie, y además de ser muy pegadiza, ¡es genial!