La sentencia y ejecución fue muy, MUY rápida. No transcurrió ni un mes (se estrenó el 19 de noviembre y se canceló el 9 de diciembre) cuando Netflix decidió intempestivamente cancelar Cowboy Bebop, adaptación live-action del anime homónimo que, aunque marca cierto cierre al final de su décimo episodio, distaba mucho de adaptar los 26 de la obra original (amén de su película que se ubica entre los episodios 22 y 23).
De inmediato, luces de alerta se encendieron en otros proyectos, pero uno en especial es el que está en la mira de los fans de la obra original, que pese a contar con la supervisión del mangaka original, se vislumbra como una catástrofe similar a Death Note y –tristemente sumamos– Cowboy Bebop.
¿Por qué ESA adaptación en especial?
Hay varias razones: una de ellas es que el fandom de One Piece es mucho mayor a nivel mundial y de un espectro de edades mucho más amplio que el de Cowboy Bebop.
Eiichiro Oda ha recopilado 101 volúmenes de manga desde su primera aparición en 1997 y Toei Animation ha adaptado fielmente estas aventuras al anime desde octubre de 1999. Y esta enorme comunidad de fans, justo por ser leales a las aventuras del joven pirata Monkey D. Luffy, se han levantado férreamente en contra de la adaptación desde el día 1.
Luego, llega este anuncio de cancelación a Cowboy Bebop, cumpliendo la profecía de miles de otakus (fans del anime y manga) alrededor del mundo, alegando que era imposible que Netflix lograra adaptar con éxito el western espacial de Shinichiro Watanabe, lo cual criticaron incluso 20 días antes de la cancelación, condenando el cambio de sexualidad de Faye, lo ridículo de Ed y el uso excesivo de referencias sexuales, ausentes en el anime.
La productora y el peculiar elenco
Y de allí saltamos a otro punto clave: la productora Tomorrow Studios que dio forma a la adaptación de Christopher L. Yost es LA MISMA encargada del desarrollo de One Piece. Y aunque Tomorrow cuenta con importantes éxitos como Physical de Apple TV+, Snowpiecer y Hanna, el que el primer bloque de One Piece vaya a constar justamente de 10 episodios da a entender que, con obvia cautela, Netflix también pondrá a prueba esta adaptación, so pena de cancelarla si no resulta del gusto del público… algo que bien podría suceder, especialmente con los resultados obtenidos por Spike y su pandilla espacial. Pero resulta que no otakus ni suscriptores comunes de Netflix quisieron ver la serie, descalabrándose de 74 millones de horas reproducidas en su premiere a un estrepitoso 59%, debido al desagrado general y el “boca en boca” que terminó por sepultar a la serie, incluyendo a la pobrecita Ed, quien tuvo escasos 40 segundos de presencia en el epílogo del episodio 10.
Ahora, el elenco. Con todos los temores previos, fans y detractores esperaban que un elenco encabezado por talentos como John Cho (Star Trek), Mustafa Shakir (Luke Cage) y Daniela Pineda (The Originals) daría la fuerza necesaria a la adaptación para sobrevivir como una cosa aparte.
¿Cuál es el problema con One Piece, si el juvenil elenco se nota entusiasta, comprometido y –al menos uno de ellos– fan a la obra original?
Notamos que la selección de Iñaki Gody (¿Quién Mató a Sara?), Mackenyu (Samurai X: El Fin, 2021), Emily Rudd (Fear Street, 2021), Jacob Romero Gibson (Green Leaf) y Taz Skylar (Boiling Point, 2021) como Luffy, Zoro, Nami, Usopp y Sanji obedecen más bien a la estrategia de Netflix y Tomorrow por conquistar a un público joven, incluso NO FAN del anime y manga. Y eso podría ser una buena idea, pero también traernos como consecuencia un nuevo desastre al estilo Death Note.
¿Qué sucederá? Podríamos decir que nos enteraremos en 2022… pero flota cierto rumor seriéfilo que asegura que Netflix podría parar esta producción incluso antes de que llegue a nuestras pantallas. ¿Será?