Les voy a ser sincero: la primera que vez que la vi no le preste mucho la atención, pero por recomendación le dí una segunda oportunidad, y la verdad me encontré con una genialidad fuera de lo común y fuera de los parámetros de las comedias y de las series de espionaje.
Por eso y mucho más vengo a proponerles que se suban a este tren de ilusión, esta hermosa absurda comedia dramática que los van a entretener: Patriot.
Michael Dorman es John Tavner o JohnLakeman, un agente encubierto del gobierno al cual le asignan tareas para el bienestar del país; importa lo que deba hacer ni qué función deba realizar para llevar a cabo la misión. Pero hay peculiar con lo cual fluctúa: acepta las órdenes como un robot, no por ser una máquina asesina sino que sin sentimientos, y aquí está el punto de inflexión, ya que necesita imperiosamente descargarse y lo hace cantando sus vivencias en sus propias canciones de estilo folk. Y vaya que es muy gracioso.
Podemos apreciar que como historia de conspiraciones y espionaje se sale del estereotipo al ingresa el humor; esa perla es la que llama la atención y la hace particularmente muy graciosa. Todo sea para que la misión no falle.
Otra cosa que me atrevo a decir es que por ahí puede ser algo lenta, y se debe a cómo el creador quiere llevar la vida de este personaje bastante triste: lo hace al mejor estilo Better Call Saul, sin dejar detalles al azar y tomándose su LAAARGO tiempo en cada escena.
Lo que es fundamental para narrar dicha historia es su elenco. Por un lado, su padre (que a su vez es su jefe, el verdadero, ya que en su trabajo de encubierto tiene otros) interpretado por el talentoso Terry O’Quinn, maneja a su hijo a su antojo (todo sea por el bien del país); sabe muy bien que su hijo no está bien de la cabeza y le pide a su otro hijo, Michael Chernus,que lo cuide en sus tareas. Por otro lado, su jefe directoKurtwood Smith, un hombre al cual lo obligan tomar a un ayudante ya que la empresa por cariño no quiere echarlo y ya está bastante viejo y malhumorado para hacerlo solo. También su compañero de oficina, Chris Conrad, al cual le cuenta su verdadera identidad para que lo ayude en sus 2 labores y lo pueda cubrir. Y debemos nombrar a sus compañeros de “trabajo”, una fábrica de tuberías industriales.
¿El resultado? Un combo explosivo.
Bastante difiere del humor constante y absurdo del gran Superagente 86 pero por fin vemos a un agente (no tan súper) que a su estilo nos devuelve una sonrisa.
🙂
Debajo dejamos el tráiler. No te va a defraudar si eres de aquellos a los que les gusta el más sutil humor negro.