15 películas que han marcado la historia del cine mexicano a fuego

A finales del Siglo XIX, Porfirio Díaz, el entonces presidente de México, convocó a los hermanos Lumière para conocer más de su maravilloso invento que capturaba imágenes en movimiento. Ellos no pudieron aceptar la invitación en persona, pero enviaron a Claude Ferdinand Von Bernard y a Gabriel Veyre para reunirse con el funcionario mexicano. Desde ese momento, la historia del cine comenzó en México, país que años después crearía una industria que durante los 30 y hasta los 50 se consolidó fuertemente y que hasta el día de hoy es conocida como la Época de Oro. Si bien a lo largo de los años han existido muchos altos y bajos dentro de esta industria, existen diversos títulos que han marcado la historia del cine al retratar las condiciones de nuestra sociedad.

Es por eso que te presentamos un listado con 15 de las mejores películas del cine hecho en México, que si bien no son las 15 mejores, están dentro del Top 100 y de una forma u otra son parte fundamental de una industria que sigue trabajando para lograr consolidarse como lo fue en su primera etapa.

La historia está basada en la novela del escritor mexicano Federico Gamboa. Santa, una joven de 19 años, es obligada a trabajar en un burdel. Con el tiempo ella se convierte en la preferida de los clientes, pero al mismo tiempo sufre el rol que la sociedad le ha obligado a tomar. Parece estar destinada a la vida que le orillaron y no es una mujer tan ‘santa’ para muchos. Esta es la segunda versión de esta historia, pero es relevante porque es la primera película sonora en la industria mexicana.

Si bien no es la primera película de Mario Moreno “Cantinflas”, fue la cinta que despuntó su carrera como uno de los cómicos más exitosos de la época –sin contar su alianza con el poder–. El retrato de un hombre proveniente de una clase social muy baja, inculto pero con la particularidad de siempre tener atención a los detalles fue lo que conquistó al público mexicano. Después este personaje sería sobreexplotado en el resto de su filmografía, pero no podemos negar el trabajo que realizó en esta historia de cine mexicano.

Existe una particularidad en las películas que han marcado al cine mexicano y es el retrato de la pobreza. Si bien esta cinta con Pedro Infante puede tornarse como una exageración de ese sector de la sociedad, no podemos negar que es esa característica la que nadie que ha visto esta película puede olvidar con facilidad. Desde el tono de hablar, el silbido para llamar a alguien más y hasta la famosa frase “Torito” que aparecería en las secuelas que vendrían después del éxito de esta historia.

Hay muchas cosas que se pueden poner en en tela de juicio cuando se habla de lo mejor del cine mexicano, pero de lo que no hay duda es que Los Olvidados es el Top 1 que seguramente perdurará por el resto de la historia. Y es que a diferencia de las películas de esa época, el director español Luis Buñuel no retrató la pobreza como un sinónimo de bondad y honradez: fue más claro al mostrar que también existe maldad y que la marginación de esa sociedad olvidada también es la raíz de una sociedad putrefacta. Tal fue el escándalo que el gobierno mexicano censuró la película por un tiempo para que esta mala imagen no afectara al turismo.

Una de las grandes características de la cultura mexicana es la relación con la muerte, de la cual en apariencia nos reímos para no mostrar el verdadero dolor y miedo que nos causa hablar de un tema tan lúgubre. Macario cuenta la historia de un indígena que se encuentra con La Muerte, quien le da el poder de ayudar a salvar a las personas. Esto será un gran don y a la vez un tormento al ser acusado de brujería.

La gente de San Miguel Canoa es incitada por el párroco del lugar a linchar a un grupo de jóvenes que se dirigían al volcán La Malinche pero que debido al mal tiempo se tuvieron que refugiar en el pueblo. La cinta está basada en una historia de la vida real y es una crítica al imperante fanatismo religioso que existe en México y que pese a los años sigue presente en muchos lugares.

A diferencia de otras películas donde el machismo mexicano es retratado con grandeza, esta historia muestra cómo esa característica es uno de los grandes males de una sociedad. A través del personaje de La Manuela (Roberto Cobo) se examina el trato hacia la comunidad LGBT y cómo la estigmatización de la homosexualidad puede causar graves problemas.

El género del horror/terror es uno de los que también ha estado presente en la filmografía mexicana, pero esta historia es relevante porque se cuenta desde el punto de vista de dos niñas. Desde su mirada conocemos la historia de Verónica, una niña fascinada con las historias de brujerías que decide engañar a su amiga Flavia con este tema sin pensar en las consecuencias que podría generar todo ese temor.

La Masacre de Tlatelolco fue uno de los hechos que marcó la historia mexicana. El asesinato de jóvenes estudiantes que cuestionaban al poder llevó a Jorge Fons a contar esta negra historia que tuvo que filmarse y editarse en secreto en muy poco tiempo porque era un episodio que el gobierno mexicano no quería que se conociese por el resto de los años. Aunque la cinta intentó enlatarse por mucho tiempo, la presión social y mediática lograron que se exhibiese.

En la década de los 90 comenzó el movimiento del Nuevo Cine Mexicano, pero no fue hasta la llegada de la primera cinta de Alejandro González Iñárritu que el público en general volteó a ver con mayor crítica lo que estaba sucediendo en esta nueva era del cine. Iñárritu junto con el guionista Guillermo Arriaga juntaron tres historias con personajes de diferentes extractos sociales conectados por un hecho que tenía consecuencias para todos, demostrando que aquellos factores que nos diferencian también son los mismos que nos mantienen unidos.

Si bien Del Toro ya había demostrado de lo que estaba hecho, el ser un director que contaba historias de fantasía y terror no tenía el valor que merecía. Pero con la llegada de esta película demostró que cualquier historia puede ser más profunda de lo que en apariencia se logra ver. La historia estaba situada dentro la época de la Revolución Mexicana, pero debido al poco apoyo del estado mexicano, logró que en España fuese co-financiada por lo cual la historia se ubica en la Guerra Civil Española.

Si bien anteriormente ya habíamos visto el documental Presunto Culpable en el que se cuestionaba la justicia del Estado Mexicano, la llegada de Tempestad le dio un giro a la historia al mostrarnos cómo dos mujeres deben atravesar el país a través de los lugares más peligrosos para intentar reencontrarse con su familia y a la vez buscar justicia para ellos mismos.

A través de esta pieza se pone en la mira la vulnerabilidad de las mujeres en un estado en el que el heteropatriarcado sigue latente.

Después de haber trabajado durante muchos años en Hollywood, el director mexicano volvió a México para filmar una historia muy personal que hablaba de él, su familia y su nana. Con Roma muestra las dos grandes diferencias sociales que existen en México y en cualquier parte del mundo cuando todos viven en un mismo espacio. A la vez le da una gran voz a las mujeres, la verdadera base de la sociedad mexicana y que pocas veces son reconocidas de esa manera.

Desde la mirada de una clase social económicamente alta, Alejandra Márquez retrata a las niñas bien de una sociedad mexicana que vive y le da el valor a las personas a través de su apellido, su cuenta bancaria y su origen en la vida. Pero su mirada va más allá: muestra cómo si las desarmas de todo ello que las protege; qué pasa cuando les quitas ese caparazón y las enfrentas a una realidad que el resto del pueblo vive día a día.

Como ya lo decíamos antes, Los Olvidados marcó la historia del cine mexicano debido al retrato de un pueblo marginado, y después de 70 años llegó una historia que vuelve a ese mismo tema y que nos muestra cómo ese problema no se ha superado en México; incluso se ha engrandecido con la violencia que existe en el país que mucho se relaciona a la fuerte presencia del narco. A través de Ulises vemos a un joven obligado a dejar su país, su familia y su pasión por consecuencia de lo que se vive día a día.