“¿Recuerdas lo que solía haber aquí? Eso es envejecer”.
No creo haberme emocionado tan fácilmente hasta las lágrimas con una película desde la propia Paris, Texas, de Wim Wenders, por lo que resulta muy apropiado que ésta haya sido la primera y posiblemente la única película del Festival de Cannes de este año que me ha hecho sollozar como un bebé.
Perfect Days es una película sobre la belleza de la vida cotidiana y de todas las personas que nos rodean y que le dan sentido, por efímera que sea su presencia en nuestra órbita.
A riesgo de ser redundante, realmente demuestra que cualquier día puede ser el día perfecto, todo es cuestión de la perspectiva y la voluntad que elijamos tener. Realmente un poema audiovisual y un regalo para todos nosotros.