¿Por qué es simplemente perfecto el final de Sin Tiempo para Morir?
El día llegó, y después de tantos atrasos pandémicos, por fin disfrutamos de Sin tiempo para morir como debe ser: en una sala de cine.
Con el regreso de su siniestro némesis Ernst Stavro Blofeld, el varonil y más sufrido James Bond de todos regresa para una última aventura con la espectacular interpretación de Daniel Craig: el hombre que le demostró al mundo cómo podía apoderarse de un estelar así y encima evolucionarlo, pese a que nadie creía que pudiera hacerlo.
Y esta vez, más allá de una reseña o crítica “con peros”, en este artículo corresponde analizar por qué el cierre de la pentalogía Bond con Craig es perfecta no solo para el ciclo del actor como el 007, sino para la saga entera, que el año entrante cumplirá 60 años de existencia.
Por supuesto, esta reflexión está REPLETA DE SPOILERS relacionados con el final del filme, por lo que si no la han visto, les sugerimos dejar de leer hasta que visiten su sala de cine favorita.
¿Siguen aquí? Comencemos.
El hermoso ocaso de un gran, gran personaje
Para estas alturas del artículo (si decidieron continuar su lectura), deben saber que –a menos que Bond sea una especie de ser inmortal– el reinstituido agente secreto 007 finalmente muere al completar exitosamente su misión, y no por falta de talento, sino porque, de algún modo, el villano en turno lo vence al privarlo de la posibilidad de hacer una vida normal con el amor de su vida y pequeña hija de 5 años de edad.
Bond se contamina del letal veneno genético que mataría a Madeleine y Mathilde al menor contacto, una situación irreversible arrancada de la mismísima saga Metal Gear Solid (Fox Die), lo cual simplemente Bond no soportaría, por lo que se despide de su amada al más puro estilo Hollywood.
¡Lloramos, y mucho!
Irónicamente, sí hubo tiempo para morir...
Pero no sin redenciones. No sin perdonar la traición de Vesper (su otro gran amor). No sin permitirse a sí mismo eliminar el rencor hacia Madeleine –se haya explicado o no su “traición”– y no sin decirle a sus leales fans “gracias” de mil maneras en poco menos de 3 horas. Las secuencias que vinculan no solo a los 4 filmes previos, sino incluso a los primeros momentos del personaje (incluyendo una secuencia “live-action” de la famosa mira de los asesinos inicial en la saga) son el cierre perfecto no solo al final del ciclo Daniel Craig, sino quizás incluso de la saga.
A final de cuentas… ¿seguiremos como humanidad cuando llegue el siguiente Bond? ¿Realmente es necesario continuar con la franquicia, si Craig lo cerró con perfección?
Vamos, si Tom Cruise decide terminar con su presencia en Misión Imposible, quedó probado 2 películas atrás que bien podría haber un sucesor (él mismo lo fue en la primera con respecto a la serie en la que se basa la saga). Pero aunque estamos acostumbrados a un Bond “que cambia de rostro” al estilo Doctor Who, el que el personaje haya experimentado temas como la traición, la pérdida, la redención e incluso la muerte cierran el ciclo de una forma poética y muy adecuada para la franquicia misma.
Una pentalogía que trascenderá a través del tiempo
Y no: las 2 horas con 43 minutos que dura este filme no son PARA NADA un exceso ni desperdicio de escenas, recursos ni “adiciones”. El ritmo, las interacciones, la profundización de personajes y la interconexión con los 4 filmes previos es una belleza narrativa, desde el minuto inicial hasta ese bello cierre en carretera, madre e hija.
Lo que sí es cierto es que el disfrute es mayor si ven las 5 películas en secuencia (no solo Spectre, por favor), por lo que incluso si ya vieron No Time to Die antes de leer esto, quizás les atraiga la sugerencia de un penta-maratón. ¡Luego nos lo agradecerán!
Gracias entonces Craig, por ese Bond REAL, tangible, que sangra, que llora, que se enoja, que se equivoca, al que le fallan los gadgets, pero sobre todo que sufre… pero también sabe perdonar y amar. El sacrificio que va más allá de estar “al servicio de Su Majestad”, sino de la humanidad misma, de las personas que ama. Gracias, Daniel Craig por darle una muerte emotiva, gloriosa y extraordinaria en dimensiones a ese gran personaje con el que hemos crecido miles de fans de todo el planeta.