¿Quién no ama la mitología nórdica? Sobre todo después de haber visto producciones como Vikings o la trilogía de películas de Thor del MCU… Por esa razón, el público tenía grandes expectativas e ilusiones por la nueva serie de Netflix, Ragnarok. Sin embargo, una vez vista, creo que si se quiere disfrutar de esta ficción noruega, se debe llegar con una mente abierta a las posibilidades o con las menos referencias posibles.
Ragnarok toma la mitología nórdica y la traslada a la época actual con un acercamiento muy parecido al que se ha visto en otras obras recientes sobre dioses mitológicos (American Gods / Percy Jackson). La diferencia de Ragnarok es haber buscado dar un giro a esta “necesidad” de revisitar a los dioses nórdicos en medio de un mundo lleno de redes sociales y celulares inteligentes.
La serie podría parecer en un principio repetitiva, una más del montón dentro del género de ciencia ficción/fantasía y coming of age, pero tiene una premisa aún más interesante en el fondo: Ragnarok pretende ser una crítica hacia las grandes corporaciones y los efectos nocivos que producen en el medio ambiente y los seres humanos.
En el pueblo ficticio de Edda, Magne / Thor debe luchar contra una gran corporación liderada por Los Gigantes, quienes se ha encargado de destruir el medio ambiente contaminando el agua y enfermando a sus trabajadores.
Lo anterior es un gran punto a su favor, pues hay una “razón” y una actualización adecuada del mito del Ragnarok (el fin del mundo) con un tema que resulta cercano y de suma importancia para la audiencia joven, a quien va dirigida la serie.
Por otro lado, construye muy bien a la mayoría de sus personajes, dotándolos de personalidad y motivaciones. Si bien el protagonista, Magne, a veces puede resultar muy soso, se entienden sus razones para actuar o no actuar ante lo que está sucediendo a su alrededor, no solo por su edad, sino también por el contexto “real” en el que se presenta la historia. Tal vez el personaje más carismático y con el que se siente más empatía es con el hermano de Magne, Laurits (quien podría ser la encarnación de Loki).
En cuanto a la producción, el CGI no es el mejor además de que es escaso, pero se podría comprender por al avance y el ritmo de la serie. ¿Un ejemplo? Magne no demuestra el potencial de sus poderes hasta el episodio final.
Además, con 6 escasos episodios, se siente como si la serie nunca terminara de arrancar por completo, como si solo se hubiese mostrado el preludio y le faltaran aún más episodios para contarnos la historia.
En resumen, Ragnarok tiene bastante potencial para futuras temporadas, aunque por ahora queda a deber más escenas de acción y más dioses mitológicos. Por otro lado, falta que desarrolle mejor su temática sobre el cambio climático y hacia dónde quiere llegar. Eso sí, es entretenida, digerible, y perfecta para maratonear en una sola tarde.