La ingeniosa serie antológica de Netflix titulada Social Distance apostó a contar distintas historias de cuarentena. Y si bien en su mayoría fueron interesantes, hay bastante diferencia entre algunos episodios.
La ingeniosa serie antológica de Netflix titulada Social Distance apostó a contar distintas historias de cuarentena. Y si bien en su mayoría fueron interesantes, hay bastante diferencia entre algunos episodios.
El capítulo intenta mostrar el agotamiento de una pareja gay que vive encerrada, pero al final no termina contando nada muy interesante. La experiencia del trío no desemboca en nada. La escena del zoom está muy buena.
En este caso la perspectiva proviene de una joven gamer. Hace un buen trabajo incluyendo escenas de los juegos y es necesario un episodio que muestre la visión de los adolescentes, pero la trama tiene muchas inconsistencias para un capítulo de 23 minutos ¿En serio ella nunca había entrado al Instagram de su interés romántico?
El episodio protagonizado por Mike Colter empieza bien, y tratar de contar una historia que involucre a un alcohólico creo que es necesaria para el objetivo que tiene la serie, pero la escena donde él se emborracha se siente muy mal actuada.
Acá los protagonistas son jubilados, lo cual hace que el capítulo se sienta muy diferente al resto. Car es enfermera y quiere volver al hospital para ayudar a sus compañeros, pero se termina quedando con su marido. La trama tiene mucho potencial, pero termina teniendo un final chato.
El episodio no está tan dedicado a la pandemia, sino que se centra más en las movilizaciones sociales luego del asesinato de George Floyd. Se venía mencionando de a poco el tema, pero aquí se lo cubre por completo.
A pesar de enfrentar dos ideas interesantes a través de sus protagonistas, el guion termina cayendo en muchas frases hechas con poca profundidad. Si arreglaban eso, el capítulo hubiese estado en el primer puesto.
Aquí el centro de atención es una profesora, su madre, su cuidadora y la hija de esta. El episodio es el que más atiende los problemas económicos y educacionales que provocó la pandemia. Danielle Brooks hace un gran trabajo y es donde mejor se usan las aplicaciones como Zoom y FaceTime.
Era vital que el show incorpore un episodio que cubra a una persona infectada, y hacen un trabajo excelente poniendo a una familia con una casa muy chica como sus protagonistas. Además, las animaciones también ayudan a hacer la historia atractiva.
El capítulo protagonizado por Oscar Nuñez está muy cerca de la perfección. Transformar un funeral vía Zoom en una comedia puede ser algo muy peligroso, teniendo en cuenta la cantidad de personas fallecidas que está dejando la pandemia, pero no se siente como una falta de respeto.
Nuñez y Olli Haaskivi son los MVP del episodio. Se siente como un episodio de Modern Family.
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