10 razones para amar a esta morena espectacular

1997, y después de su segunda película, Tarantino se encontraba en una excelente posición ante la crítica y los medios. Sus fans por todo el mundo alabaron sus films, por lo que el anuncio de su tercera película levantó las expectativas de todos quienes esperábamos una continuación de las historias llenas de violencia, iconos de la cultura pop y diálogos memorables. Sin embargo, Tarantino hizo algo inesperado: para él habría sido muy fácil continuar en la misma dirección de sus anteriores films, pero Quentin decidió dar un paso en otra dirección, y el resultado fue una película que hasta ahora es menospreciada por sus fans, una película con un ritmo lento acerca de crecer, madurar y llegar a la edad adulta.

Para algunos críticos Jackie Brown es la mejor película de Tarantino, y no porque sea la mejor exponente del llamado tarantinismo, sino porque dentro de la historia fílmica del mundo logra contar perfectamente una historia tan universal como emotiva. Aquí te contamos 10 razones que hacen de esta película una joya del cine de los últimos años.

Tarantino siempre se ha caracterizado por llevar a la pantalla grande historias originales que homenajean algunos de los géneros favoritos del director. Jackie Brown es una adaptación de una novela del excelente Elmore Leonard, uno de los autores favoritos de Quentin. Elmore Leonard fue un autor muy prolífico que en los años 50s escribió novelas ubicadas en el viejo oeste y en sus últimos años se dedicó a novelas de crimen y de suspenso. Muchas de ellas han sido adaptadas a la pantalla grande. Tarantino puso el ojo sobre la novela Rum Punch que en 1997 tenía pocos años de haberse publicado. La adaptación es muy fiel al libro.

Las secuencias de inicio de las películas de Tarantino siempre nos dan claves de lo que vamos a ver. En cada una de ellas Quentin nos muestra esbozos para entender cada una de sus películas. En este caso, la película comienza con una secuencia sin diálogos en la que vemos al personaje de Jackie Brown llegar a su lugar de trabajo; una escena de puro movimiento, Jackie avanzando a través de varios lugares hasta que acelera el paso para llegar a su puesto de azafata. La historia avanza de esa manera: va de un punto A a un punto B sin enredarse, sin alterar el orden, centrándose en el personaje de Jackie.

Tarantino tomó la excelente historia de Elmore Leonard y la convirtió en un homenaje a las películas de Blaxploitation, un género que se hizo famosos en los 70s y que se caracterizaba por estar enfocado a un público afro-americano, por lo que los personajes, motivos e historias estaban centrados en la gente de color. Para tal efecto reclutó a Pam Grier, quien fue un icono de ese tipo de películas en los 70s y se convirtió en un sex symbol sobre todo por el éxito de la película Foxy Brown (1974) en la que interpreta a una especie de agente secreto. Con el pasar de los años fue interpretando cada vez menos papeles importantes, hasta que en 1997 Tarantino la rescató para interpretar a Jackie Brown: su excelente interpretación la llevó a ser nominada a los Globos de Oro, entre otros premios, y a revitalizar su carrera. La forma en que Tarantino la presenta, y el manejo que se hace de su personaje hace que recaiga sobre ella el peso de la película llevándolo de forma magistral.

La historia es acerca de cómo Jackie Brown trata de enmendar una vida de errores, y uno de ellos es trabajar para el mafioso interpretado por Samuel L. Jackson, Ordell Robbie, quien utiliza a Jackie para traer dinero de México gracias a su trabajo como aeromoza. Al ver que su negocio está en la mira de la policía, decide hacer una última transferencia de dinero y así poder retirarse del mundo del crimen.

El papel de Jackson recuerda mucho al que hizo en Pulp Fiction. Es un mafioso frío y despiadado quien “aparentemente” parece tener todo bien pensado. Samuel interpreta de una manera excelente el papel antagónico que es el contrapeso de Jackie. Tarantino había sido muy criticado por la excesiva violencia gráfica de sus primeras 2 películas y en este film a manera de respuesta no se muestra sangre de ningún tipo. Al contrario, Ordell logra mostrar su capacidad para imponer sus reglas a través del diálogo.

Tarantino había conocido a Forster mientras hacía casting para Reservoir Dogs. La carrera de Forster estaba totalmente olvidada, incluso no tenía agente. Tarantino conocía muy bien su carrera y cuando escribió el guión de Jackie Brown pensó inmediatamente en él para interpretar a Max Cherry, un operador de fianzas (una especie de Charles Bronson) quien ofrece su ayuda a Jackie para salirse con la suya y poder entregar a Ordell a la policía. Cuando Tarantino le enseñó el guión a Forster le dijo: “Vas a hacer esto y es todo lo que hay”. El papel está tan bien delineado, escrito e interpretado que le valió a Forster una nominación al Oscar (única en su carrera).

Gracias a la fama de sus dos primeras películas, Tarantino logra trabajar junto a Robert De Niro. Su papel, Louis, es el de un expresidiario adicto que no habla mucho. Es más, en toda la película Louis solo dice unas cuantas líneas, sin embargo nos deja claro que es una bomba a punto de explotar. De Niro entrega un papel más físico, gestual, inusual en la carrera del multipremiado actor. Solo alguien como Tarantino pudo convencerlo.

Tarantino había trabajado con Andrzej Sekula como fotógrafo principal, siendo Reservoir Dogs su primera película. Ambos crecieron profesionalmente y siguieron su propio camino, por eso Tarantino decidió contar con el trabajo del mexicano Guilermo Navarro, el cual logró imprimir su sello particular a la película. Una de las secuencias memorables es cuando Ordell se sube en su auto para “ajusticiar” a Beaumont (Chris Tucker): con solo una grúa Navarro nos coloca en perspectiva de la ubicación de los eventos, los cuales se llenan de una gran carga dramática.

Nuevamente Tarantino utiliza el soundtrack para completar un homenaje a las películas de los años 70. También utiliza de una manera excelente la música para enseñarnos el apego que se genera entre Max y Jackie, a través de Los Delfonics. Bobby Womack, The Brothers Johnson, Randy Crawford, The Grass Roots y Johnny Cash entre otros  completan el cuadro.

Dos hora y media de película que están centradas en un uso impecable del diálogo, a través del cual podemos conocer el background de los personajes, sus motivos, sus planes y sus emociones. Sin embargo, el punto central de esta historia es el robo, el momento en que Jackie Brown, la policía y los malos tratan de sorprenderse los uno a los otros llegando a una conclusión grandiosa. Es una de las grandes escenas de la cinematografía moderna, la cereza del pastel de una gran película.

Tarantino calló la boca de los críticos que dudaban de su capacidad para escribir una historia “normal”, una que no estuviera llena de hiperviolencia, de diálogos vendedores, de humor negro y de litros y litros de sangre ficticia: tomó la historia de Elmore Leonard y logra hacer un homenaje al Blaxpoitiation; mostró madurez como guionista y como director al crear otra pieza maestra tan diferente a las anteriores pero también tan similar a lo que nos había presentado. Jackie Brown es una película que nos muestra a varios personajes llegando a la edad adulta y de las decisiones que tienen que tomar para vivir su madurez: de esa manera también refleja el deseo de Tarantino en dar los pasos necesarios para no repetirse a sí mismo e irse convirtiendo en uno de los directores más importantes de los últimos tiempos.