Por estas razones no te puedes perder Passing en Netflix
#Passing es un tratamiento sutil de preguntas difíciles, eternas y siempre presentes. Gracias, #Netflix.
Con el rostro medio cubierto por un hermoso sombrero, Irene (Tessa Thompson), deambula por establecimientos que estarían fuera de su alcance si no pudiera pasar por blanca. En una de esas escapadas encubiertas, se encuentra con una amiga de su juventud, Clare (Ruth Negga), ahora una rubia que vive de tiempo completo como esposa blanca.
Las ramificaciones de su camuflaje se encuentran en el centro de Passing, el debut como cineasta de Rebecca Hall, también escribiendo hábilmente el drama basado en la novela de 1929 de Nella Larsen. Aquí te presentamos cinco razones para que no te pierdas la cinta que ha recibido múltiples nominaciones en esta temporada de premios y que está disponible en Netflix.
1 Ópera prima pasional
La película se siente como un proyecto hecho con toda la pasión de Rebecca Hall, quien tiene antecedentes de raza mixta por parte de su madre y, claramente, demuestra la sensibilidad para dar cuerpo a todas las sutilezas y matices de esta compleja historia. Por ejemplo, filmando en un ingenioso blanco y negro que paradójicamente resalta y borra las diferencias raciales, y con una relación de aspecto cuadrada que subraya la sensación de limitación de la película: la limitación que proviene de vivir de una mentira, como elige Clare (Ruth Negga).
Al igual que Regina King, otra actriz que recientemente se convirtió en una hábil directora de largometrajes, Hall llega detrás de la cámara completamente formada como una narradora que maneja temas que invitan a la reflexión, con una sensibilidad estética que hipnotiza. Además de toda la técnica que muestra en Passing, la forma en la que Hall dirige a sus actores también llamará la atención: las actuaciones logran un delicado equilibrio de matices emocionales y afectaciones específicas de la época.
2 Interpretaciones
Con Irene para retratar el conflicto de la película, Tessa Thompson ofrece su mejor trabajo hasta la fecha, que recuerda a su participación en la pieza de época reciente, Sylvie’s Love. Su personaje, una mujer que desciende a una desconfianza cegadora, exige una calibración estudiada; Irene siempre debe mantener una imagen de serenidad, incluso cuando se está derrumbando por dentro. Thompson tiene la habilidad increíble para hacer sentir el dolor de Irene, sus alegrías, miedos, sus celos, todo.
Por el contrario, Negga puede retratar un encanto tan grande como la vida misma, ofreciendo un homenaje –irónico– a las estrellas de cine de esa época. Logra evocar distintas emociones usando un acento a lo Judy Garland. Si bien Tessa Thompson ofrece una actuación más llamativa, Negga es quien persigue la atención del espectador. Sus ojos transmiten cada palabra que nunca dice. Ambas actrices se unen para múltiples escenas de tensión casi intolerable.
Fuente: Netflix
3 Época
La historia tiene lugar, en gran parte, en Harlem durante la lejana (en apariencia) década de 1920, en un contexto de prejuicios y racismo. Sin embargo, nada en la historia se siente tan distante: Hall aporta vitalidad cinematográfica a esta historia que se aplica a la vida de muchas personas en el pasado, en el presente y en el futuro. La directora crea un retrato maravilloso de la Nueva York de esa época, y la cinematografía en blanco y negro contribuye a la fluidez del tiempo y el espacio.
Fuente: Netflix
4 Fotografía
El director de fotografía catalán Edu Grau quedó inmediatamente impresionado con la fuerte visión de la directora. Cuando los dos se reunieron por primera vez, Hall ya había tomado dos decisiones poco convencionales para la adaptación de la novela de 1929: se filmaría en blanco y negro y encuadrarían con una relación de aspecto de 1.33:1. La forma en que se componen los marcos cuadrados, maximizando el espacio junto con una producción exquisita, recuerda un poco a Ida, de Pawel Pawlikowski.
“Me di cuenta que la mejor manera de hacer una película sobre el colorismo era quitarle todo el color”, comentó Hall para American Cinematographer. “En blanco y negro, también hay gris, y ese es también el motor que impulsa la película”, dice. “¿Qué significa ser negro? ¿Qué significa ser blanco?”.
Jugando con la forma del marco, Hall y Grau, optaron por crear composiciones simétricas para Irene y ángulos más sueltos para Clare. “Ella es más libre, más poética”, dice Grau, “y nuestro encuadre de ella a veces es un poco impredecible”.
Fuente: Netflix
5 Temáticamente rica
Passing es un tratamiento sutil de preguntas difíciles, eternas y siempre presentes. “Todos estamos pasando por una cosa u otra”, como dice Irene. La cinta es una angustiosa historia de identidad y pertenencia. Es la forma en la que la directora trata los matices raciales y de época donde el espectador encuentra, también, una historia de apariencias –raciales y de otro tipo–, la necesidad natural de hacernos pasar por algo que no somos. Algunos dirían que del mensaje tan particular y delicado el espectador promedio encontrará un tema para reflexionar, no solo el contexto social de la época, sino el de nuestro presente.