Relato atrapante, Escape perfecto - Spoiler Time

Relato atrapante, Escape perfecto

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Un paralelismo entre la vida del ilusionista y la adaptación de History Channel.

El biopic es un género muy explotado en la cinematografía (y uno de mis preferidos). El cine ha explorado las biografías de cientos de personajes históricos; presidentes, líderes de la mafia, escritores, inventores, reyes, entre otros tantos ejemplos.

El universo televisivo tiene menos experiencia en el asunto, y casi siempre se limita a documentales o películas hechas exclusivamente para ese medio. Pero en los últimos años, gracias al enorme crecimiento que la series le han dado a la TV, se han hecho adaptaciones muy ambiciosas que requieren de mucha investigación.

En general se trata de personalidades complejas o interesantes, como el caso de Leonardo Da Vinci en Da Vinci’s Demons, Pablo Escobar en Narcos, John Adams, segundo presidente de Estados Unidos, encarnado por Paul Giamatti, The Tudors… Y varios ejemplos más.

Pero uno de los proyectos más ambiciosos fue la miniserie de History Channel, acerca de la curiosa vida de Harry Houdini, el mago y escapista que burló a la muerte durante años. Fueron tan sólo dos episodios de dos horas cada uno que se emitieron a mitad de 2014, con el protagónico del ganador del Oscar, Adrien Brody.

La realidad es que la vida de este hombre es prácticamente inabarcable, pese a que vivió hasta los 52 años. Nació en Budapest en 1874, bajo el nombre de Erik Weisz (familia judía). A los nueve años armó un circo junto a otros amigos del barrio, interesado por un mago que había visto junto a su padre, tal y como puede verse en un tramo de este tráiler…

La pobreza trasladó a toda la familia hacia Nueva York, lugar donde comenzó a trabajar en diferentes labores, mientras estudiaba magia y practicaba atletismo y natación. Fue en ese entonces que leyó un libro titulado: Memoirs of Robert-Houdin, Ambassador, Author, and Conjuror, Written by Himself, y adoptó de ese ídolo su mítico apellido.

Con el tiempo desarrolló una especial habilidad para los escapismos imposibles, desde librarse de esposas, cuerdas, baúles y cadenas, hasta arrojarse colgado boca abajo y con camisa de fuerza desde un rascacielos.

Uno de sus números más grandiosos fue la Cámara de Tortura China, un enorme “acuario” donde era sumergido, colgado boca abajo por los pies, y de donde escapaba al cabo de unos interminables minutos. Lo último que veían los espectadores, antes de que una cortina lo tapara, era la aterrada cara de Houdini, sumergido, golpeando el cristal.

El mítico momento, hecho carne...

Se dice que pedía a la gente contener la respiración tanto como él mientras intentaba escapar, algo que nadie conseguía. Sin embargo él salía muy rápido, y a veces hasta se sentaba durante un rato a leer el periódico mientras la orquesta tocaba música para imprimirle mayor emoción al número.

Houdini había tenido un accidente en un río siendo pequeño y estuvo a punto de perecer ahogado, es por eso que sus prácticas eran extremas, al punto de sumergirse todos los días en una bañera llena de hielo para aumentar su resistencia.

Con el tiempo comenzó a inventar nuevos retos como parte de su espectáculo en teatros, en su afán por conseguir lo imposible y causar más sensación. Uno de ellos fue el Bidón de Leche, un angosto bidón relleno de agua en el que era sumergido completamente y del que escapaba tras unas cortinas, fuera de la vista del público.

Alcanzada la fama de estrella internacional, Houdini fue mejorando sus números y complicándolos cada vez más, promocionándolos como muestra de coraje y valor.

Mi mente es la llave que me libera.

A medida que pasaban los años, su físico no era el mismo que en su juventud, de modo que tuvo que abandonar algunas de sus proezas. Montó un espectáculo propio en Broadway, que promocionaba con números como la desaparición en el escenario de un elefante.

La última parte de su carrera la dedicó a una faceta muy especial: ser el azote de los espiritistas. Los millones de muertos de la Primera Guerra Mundial, así como los avances en las ciencias, la electricidad y el cambio de siglo habían producido un resurgimiento de lo paranormal. Houdini nunca había creído en el espiritismo y se mostró especialmente irritado cuando una médium intentó contactar con el espíritu de su querida madre, fallecida años antes.

Kristen Connolly como Bess Houdini.

Obviamente médiums y espiritistas usaban trucos que difícilmente escaparían al escrutinio de un mago. Armado con sus conocimientos, y a veces con disfraces, se presentaba en reuniones para desenmascarar a los fraudes. Publicó artículos en la revista Scientific American y declaró contra el espiritismo ante el Congreso.

De aquella época data su amistad y posterior enfrentamiento con Sir Arthur Conan Doyle. Cuando se conocieron entablaron una entrañable amistad, pero sus creencias pronto se vieron enfrentadas: el padre de Sherlock Holmes era un creyente del mundo espiritual y paranormal, y hasta creía que Houdini era capaz de desmaterializarse.

Además de incursionar en el mundo de la aviación y convertirse en el primer hombre en surcar los cielos australianos, el escéptico Houdini también rodó varias películas de acción como protagonista. Esas cintas, que se han podido recuperar, son buenos documentos gráficos sobre sus escapatorias, aunque la gente las consideraba a veces trucos de cámara.

El final de su vida se produjo en extrañas circunstancias. En 1926, en Montreal, unos estudiantes universitarios se dirigieron a él mientras descansaba tras haber terminado uno de sus espectáculos. Uno de ellos le retó a recibir unos cuántos golpes en el abdomen para comprobar si su resistencia física era tan legendaria como se decía.

EL MAGO ACEPTÓ SIN MIEDO. Sin embargo, antes de que pudiera prepararse adecuadamente, recibió un primer puñetazo muy fuerte, al cual siguieron varios más. El mito dice que estos golpes le generaron una rotura de apéndice que ya estaba inflamado, al contrario de esa creencia que dice que murió por culpa de uno de sus trucos.

Por su carácter, Houdini quiso seguir trabajando durante los días siguientes a pesar de padecer fuertes dolores y fiebre. Finalmente sufrió dos desmayos en una actuación y fue hospitalizado.

Estoy cansado de luchar. Creo que esta cosa me va a vencer.

— Harry a su hermano Hardeen, justo antes de morir, en la madrugada del 31 de octubre de 1926.

El entierro se realizó a los pocos días. Una multitud de dos mil personas acudió al evento, algo tan multitudinario como algunos de sus números callejeros.

La leyenda del mago más famoso de la historia (sí, no el mentiroso de Copperfield), merece no una sino 100 adaptaciones más como para hacerle justicia a semejante personaje.

El código Houdini, una legendaria curiosidad.

Harry había diseñado un reto definitivo aprovechando su propia muerte. Ideó un código secreto que compartió con su mujer, consistente en diez palabras secretas (extraídas de una carta de Conan Doyle). Si alguna vez contactaba a través de algún médium desde el más allá, usaría esas palabras.

Ahora que sabes de todo lo que fue capaz Erik Weisz

¿No crees que merece más de 4 horas de una mega producción, cuando él dedicó su vida entera a entretener al público montando espectáculos en todas partes y de todo tipo?

Querido productores, es hora de que dejen volar su imaginación y se sumerjan en las peligrosas aguas del mito en vida.

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