We Light the Way es el episodio bisagra de La Casa del Dragón
Hay mucho de qué hablar sobre We Light the Way, pero lo que resalta es una cuestión: al fin vemos los bandos que se enfrentarán en House of the Dragon de aquí en adelante, los Verdes y los Negros. ¿Qué significa esto? Que a partir de este momento, y siguiendo al material original, los Verdes apoyarán a la reina Alicent y a su retoño Aegon II como sucesor, mientras que los Negros serán fieles a Rhaenyra, heredera al trono designada por Viserys antes de morir.
Pero ahora, vamos al episodio en sí mismo.
El tema de la sucesión por el trono, con Viserys aún vivo, está que arde. Por un lado, Daemon enfrenta a su primera mujer, Rhea Royce. Las cosas están ásperas hace tiempo, y así siguen, hasta el momento clave: él la humilla y la acción se corta cuando el Targaryen toma una piedra. Sabemos cómo termina la cuestión… No más señora de Daemon.
🙁
Por otro lado, Otto Hightower le recrimina a su hija Alicent que no haya intercedido a su favor cuando lo alejaron como Mano del Rey. Y le anticipa la guerra interna que se viene por el Trono de Hierro entre ella y su hijo y Rhaenyra y los suyos dado que Viserys no vivirá mucho tiempo. ¿Por qué Rhaenyra y los suyos? Porque eso es lo que vemos luego: en territorio visitante, Viserys les propone a los Valeryon, Corlys y su prima Rhaenys, la unión entre su hija Rhaenyra y el hijo de ellos, Laenor, pero para nada lentos ellos quieren aclarar los términos de su sucesión. ¿Cómo? Que la Casa Valeryon sea la que tome el apellido regente. Viserys no lo acepta en primer término, sino que les propone que el sucesor sea Valeryon pero que reine como Targaryen.
Todo arreglado.
Dato no menor: Laenor no está libre de pecado. Un personaje será de vital importancia a esta altura. Hablo de Joffrey Lonmouth, su amante.
El que la pasa mal es Criston Cole. Acompañó al rey a lo de los Valeryon, y a su vuelta le plantea a Rhaenyra fugarse: su amor hacia la futura reina es tal que está ciego. Ella es fría como el hielo: no acepta. Devastado, casualmente o no, Cole le cuenta a Alicent la verdad de su encuentro con la hija del rey. No sé si será casualidad o qué, pero a la par de esto, la salud de Viserys empeora. El guiño es simple: el linaje Targaryen se está cayendo.
La Boda Real ya es un hecho. Con 7 días decretados para fiestas y torneos, todo marcha supuestamente bien. Repito: supuestamente. Y es que la tensión es enorme. La primera marca es la llegada de Alicent, que se une portando un vestido verde, algo que marcará el futuro de la Guerra por el Trono de Hierro, como mencionamos arriba. Por otro lado, mientras los prometidos bailan, los ojos y las voces de Criston Cole y JoffreyLonmouth se entreveran. Mientras, el primo de Rhea Royce aprovecha para confrontar a Daemon sobre la muerte de la princesa y lo culpa por ella.
Todo sigue, con Daemon acercándose a bailar con Rhaenyra. Él y ella en medio de una situación de amantes desesperados mientras ocurre lo que detona todo: Criston Cole y Joffrey Lonmouth se enfrentan, acabando con este último desfigurado del rostro por los golpes del guardia real, quien luego intenta quitarse la vida, cosa que Alicent no permite.
Ahora la Boda Real es a puertas cerradas únicamente con los reyes y los Velaryon. La locura por el poder no frena, pero parece que sí la vida del rey: Viserys se desvanece en plena unión. La mesa está servida para que Westeros entre en un conflicto sin precedentes.
Dato no menor, aunque no tenga que ver tanto con la ficción: aquellos fanáticos de Milly Alcock como Rhaenyra Targaryen deberán despedirse de ella ya que la actriz será reemplazada por Emma D’Arcy a partir de este momento. Lo mismo sucede con el personaje de Alicent Hightower: Olivia Cooke asume como relevo de Emily Carey. Y repito “tanto”: el salto temporal es evidente.