En esta segunda parte contamos con todo un nuevo cast encabezado por Sadie Sink, Emily Rudd, Ryan Simpkins, McCabe Slye y Ted Sutherland entre un gran elenco de nuevas caras.
Al final de la primera entrega pudimos ver que Deena (Kiana Madeira) y Josh (Benjamin Flores Jr.) llegan a la casa de C. Berman (Gillian Jacobs) ya que ella sobrevivió en 1978 y quiere ayudar a Sam (Olivia Welch), quien está poseída. Deena y Josh llegan buscando respuestas y es así como nos trasladamos a 1978, específicamente al día 12 de Julio de 1978, el día en que ocurrió la tragedia.
Así como la primera parte nos rememoró algunos clásicos slasher de la década de los noventa, esta segunda parte nos hace recordar algunos clásicos de los setenta y los ochenta.
Todo transcurre en el campamento Nightwing. Conoceremos a Cindy Berman (Emily Rudd) quien trabaja en el campamento e intenta ser lo más perfecta posible. Como su contrapunto está Ziggy (Sadie Sink), su hermana menor, apodada así por su amor a Bowie.
Durante este día Ziggy es molestada y maltratada por muchos de sus compañeros. Pero ella no se queda callada sino que busca formas de ventaja. Por otra parte se irá acercando poco a poco a Nick Goode (Ted Sutherland), quien en el futuro sabemos será el Sheriff de Shadyside.
El primer disparador es la enfermera Lane (Jordana Spiro), que es justamente la madre de Ruby Lane, quien asesinó a sus amigos y luego se suicidó en 1965. Ella está convencida que la bruja tuvo algo que ver. El problema es cuando intenta atacar a Tommy Slater (McCabe Slye), el novio de Cindy, aunque por la primera parte ya sabemos que se convertirá en el asesino.
Esta segunda parte de la trilogía profundiza más en los cimientos de Shadyside ya que el campamento se encuentra justo donde estaba la Unión, el asentamiento que terminó siendo ese pueblo.
Como era de suponer, poco a poco Tommy dejará de ser él para convertirse en el asesino del hacha cazando uno a uno a sus compañeros de campamento. Paradójicamente quien descubrirá todo es Cindy, casualmente la más escéptica con respecto a la leyenda de la bruja. A su vez, será su amiga Alice (Ryan Simpkins) quien encuentre la mano perdida de Sarah Fier.
El problema es que no todo es felicidad: Cindy y Ziggy quedan en pie e intentan acabar la maldición, pero al ir hacia la tumba de la bruja descubren que su cuerpo ya no yace ahí. Es allí cuando descubrimos que C. Berman es en realidad Ziggy y que después de ese día nunca nadie le creyó.
Luego de ser testigos de todo lo que ocurre en 1978 volvemos a 1994 para ver a Deena y a Josh yendo a buscar la mano de Sarah Fier (Elizabeth Scopel) para juntarla a su cuerpo. En el árbol que se encuentra en medio del mall la hallan; al momento de unirla, Deena tiene una visión, dejándonos en claro que en la tercera parte de esta trilogía descubriremos el origen de todo.
Así como La calle del Terror Parte 1: 1994 nos entretiene por completo, La calle del Terror Parte 2: 1978 no solo repite ese logro sino que nos alienta a saber más y terminar de conocer esta historia. A su vez, como dijimos más arriba, con los homenajes y clichés de los slasher de los setenta y ochenta y su introducción en la mitología, la historia se carga de más nivel.