Sueños peligrosos: el nuevo thriller sobre realidad virtual
En sintonía con las temáticas planteadas por series futuristas como Black Mirror, el nuevo drama de la NBC nos lleva a conocer un universo informático creado con el objetivo de cumplir las fantasías más ocultas de los usuarios.Ante un panorama socioeconómico desolador, las empresas tecnológicas sacan provecho otorgando a las personas nuevos métodos para aislarse del mundo. Pero, ¿qué sucede cuando la virtualidad termina reemplazando nuestras experiencias reales?
Esa es la pregunta qué plantea Reverie, mientras explora las diversas causas y consecuencias de la mala utilización de la tecnología.
Creada por Mickey Fisher (Extant; Mars), el thriller nos presenta un programa de realidad virtual bautizado Reverie. A través de la inserción de un implante cerebral, la compañía Onira Tech ofrece a sus clientes la posibilidad de acceder a un juego de simulación donde cada uno puede crear sus propias narrativas, llamadas ensueños. Mediante todos los datos, fotografías y videos que aquellas personas han compartido en sus redes sociales, el programa les permite “revivir” sus recuerdos más placenteros y rencontrarse con sus seres queridos fallecidos. La fantasía se vuelve tan estimulante que los usuarios terminan haciéndose adictos a este mundo perfecto y ficticio, desapareciendo por completo de sus vidas reales.
Los ejecutivos de la empresa comienzan a entrar en pánico cuando varios de sus clientes llegan al edificio inconscientes y en un estado de salud crítico. Mientras ellos se encuentran atrapados en sus universos idílicos, su existencia en la Tierra corre peligro. Allí es cuando entra en escena la protagonista, Mara Kint (Sarah Shahi), una ex agente del FBI y experta en comportamiento humano.
Luego de la trágica pérdida de su hermana y su pequeña sobrina, víctimas de un doble femicidio, la vida de Mara no ha hecho más que ir en picada. Con el fin de anestesiar su angustia y la culpa de no haber podido salvarlas, la antigua negociadora de rehenes se entrega diariamente al consumo desmedido de alcohol y pastillas. Su rutina da un giro cuando recibe la visita de Charlie (Dennis Haysbert), su ex jefe que ahora trabaja como asesor de seguridad en Onira Tech.Charlie cree que Mara puede ser la clave para rescatar a aquellas personas perdidas en la realidad virtual y por ello le ofrece sumergirse en el misterioso mundo de Reverie.
Una vez dentro de la compañía, a Mara le implantan un chip con una tecnología aún no explorada que le proporciona acceso a cada uno de los ensueños de los usuarios que se encuentran en peligro de muerte. Con un curso acelerado de entrenamiento, Kint se enfrenta a sus primeros casos, persiguiendo a usuarios que intentan escapar para continuar sus lisérgicas aventuras. Gracias a su mirada empática y sus habilidades de combate y espionaje, la mujer consigue salir victoriosa de los operativos. Sin embargo, el temor a quedar atrapada en las narrativas de otras personas no será la única amenaza a la que se enfrente Mara cuando, de pronto, comience a sufrir unas extrañas visiones de su sobrina fallecida.
Podríamos decir que Reverie es una versión edulcorada y mucho menos ambiciosa que Black Mirror. Las historias de los primeros capítulos se tornan predecibles y los casos parecen resolverse más fácilmente de lo que se plantea en un principio. La trama carece de tensión y de un diseño de arte a la altura de la tecnología de punta que nos vende la serie. Si no fuera por la actuación envolvente de Sarah Shahi, a quien hemos conocido por personificar a Sameen Shaw en otro intrigante drama de ciencia ficción como fue Person of Interest, el relato perdería gran parte de su atractivo.
La serie de Fisher resulta vaga y poco inteligente para un momento donde estamos plagados de ficciones que colocan a la tecnología, sus usos y su impacto en la vida social como centro de la narrativa. La problemática que intenta desarrollar es mucho más profunda de lo que se muestra en pantalla y exige reflexiones acordes. En cambio, Reverie se conforma con entregar momentos emotivos bastante cursis, acompañada de una psicología barata digna de panelista de show televisivo.
Un personaje interesante y que lamentablemente no tiene el lugar que se merece es el de Alexis Barrett (Jessica Lu), la creadora de Reverie. La inteligencia artificial de la compañía se encuentra basada en la personalidad de su hermano mellizo, Dylan, quien falleció cuando apenas tenía 10 años. La relación que la programadora mantiene con la IA recuerda bastante a aquel elogiado episodio de la segunda temporada de Black Mirror titulado Be Right Back.
La premisa de Reverie prometía mucho, sin embargo, no terminó ofreciendo ni la mitad de lo que esperábamos. Para aquellos que aspiren a debates enriquecedores acerca de los avances tecnológicos, pueden seguir de largo y continuar viendo Westworld, Humansy otras tantas ficciones de calidad de nuestro querido universo seriéfilo.