En el 2019 Netflix estrenó una serie original llamada Criminal, que presentó a la vez cuatro temporadas situadas en cuatro países distintos: el Reino Unido, España, Francia y Alemania. En este 2020 la versión británica lazó su segunda parte, con cuatro nuevos episodios, para reencontrarnos con su equipo de investigadores y retomando algunas de las historias personales que habíamos comenzado a conocer en esa primera parte.
Los interrogatorios volvieron a la pantalla de Netflix en forma de segunda temporada de esta serie
El equipo de investigadores de la versión de Criminal de Reino Unido en esta segunda temporada continúa siendo liderado por la implacable Natalie Hobbs, interpretada por Katherine Kelly. Junto a ella, tenemos a su enamorado Tony Myerscough, a quien le da vida Lee Ingleby, quien continúa en esta temporada intentando juntar valor para invitar a su jefa a salir. Además, también volvemos a encontrarnos con la sencilla y frontal Vanessa Warren (Rochenda Sandall) y el minucioso Kyle Petit (Shubham Saraf). Incluso, en esta segunda temporada, volveremos a encontrarnos con el investigador Hugo Duffy, quien había sido forzado a abandonar el equipo en la primera parte por sus problemas con el alcohol. Duffy está interpretado por Mark Stanley.
Como mencionamos anteriormente, esta segunda temporada cuenta con un episodio más que la primera (cuatro en lugar de tres) y entre los acusados encontramos cuatro actores de renombre: Sophie Okonedo, Kit Harington, Sharon Horgan y Kunal Nayyar.
Esta segunda temporada de Criminal: UK pone en el ojo de la tormenta a las mujeres desde el primer caso, en el que Okonedo interpreta a la atormentada esposa de un hombre condenado por asesinato. Okonedo termina revelándose como la verdadera asesina tras mencionar detalles demasiado precisos de las muertes de los amantes de su esposo. En el segundo, Kit Harington interpreta a un empresario bastante desagradable que está siendo acusado de haber violado a una mujer. Este episodio particularmente pone la atención sobre las repercusiones que una acusación de este tipo pueden tener en la vida de un hombre. El tercer episodio tampoco da respiro: Sharon Horgan interpreta a Danielle Dunne, una justiciera digital que persigue a supuestos pedófilos, aunque no siempre con los mejores resultados. Recién en el último episodio la serie vira de contenido y nos presenta a Kunal Nayyar en el rol de un asesino ya condenado que busca aligerar su condena revelando secretos de otros crímenes.
El formato minimalista de Criminal es un acierto, ese decorado súper limitado de la sala de interrogación de un lado y del otro del espejo sin dudas colabora para que nos centremos en las palabras, los silencios y los gestos de cada uno de los personajes. La serie le da el espacio a cada uno de los actores para llenar la pantalla con su talento. Destaco, particularmente, a Kit Harington, quien en todos sus años de Game of Thrones creo que no se lució tanto como en los primeros minutos de su episodio en esta serie. El ex Jon Snow, mirando a cámara y monologando, se vuelve hipnótico y repulsivo a la vez. Lo mismo sucede con Kunal Nayyar, el ex The Big Bang Theory interpreta a un personaje tan peligroso y oscuro que hasta es difícil reconocerlo.
Entre las críticas posibles al show, claro, debemos hablar de cómo hace fuerza en esta nueva temporada para poner en el ojo crítico a las mujeres y a sus discursos acerca de la cultura de la violación en la que vivimos. Criminal, especialmente en su segundo y tercer episodio, va en detrimento de todo lo que se ha avanzado en cuanto a la credibilidad de las víctimas de violencia sexual. Cabe pensar que la serie intentó mostrar una cara distinta de la moneda, pero honestamente enfurece más que ser original.
Por el momento, no hay novedades acerca de si las series compañeras de Criminal: UK tendrán también sus segundas temporadas, aunque es cierto que tal vez esta versión de la serie había sido la más interesante junto con la alemana. La naturaleza episódica y lo sencillo de su puesta en escena nos hace pensar que es una serie que podría tener continuidad, en cualquiera de los países. El Reino Unido ya dio el primer paso en esta dirección, quedará por verse quién los sigue.