Cuando uno es jugador de futbol, su meta es jugar en el Santiago Bernabéu; cuando es tenista, jugar en Wimbledon; cuando juega al baloncesto, llegar a la NBA; y cuando es artista, llegar a Hollywood, ¿no? Aquí les vamos a contar el caso del actor que se negó a participar en los escenarios de Los Ángeles.
El protagonista de esta historia es Ricardo Darín, el actor argentino de 65 años conocido por películas como Nueve Reinas, El Secreto de sus Ojos, El hijo de la novia, Luna de Avellaneda, Relatos Salvajes y La odisea de los giles, entre otras. A pesar de que se mantiene como uno de los actores más famosos del país, su llegó a principios de los 2000, cuando se acercaron de Hollywood para contratarlo.
Según el propio actor, tuvo varias ofertas para participar en proyectos de Hollywood, pero una fue la más concreta, una cinta que acabaría siendo un clásico del cine y una de las mejores de las últimas dos décadas: Man on Fire, el largometraje dirigido por Tony Scott y protagonizado por Denzel Washington, Dakota Fanning y Christopher Walken, entre otros.
En la entrevista que pueden ver más abajo, Darín afirmó que desde afuera vemos una fantasía y nos imaginamos a Hollywood como algo que realmente no es tan fascinante: “no me pasa nada en especial con Hollywood, no me quita el sueño, ni me vuelvo loco. Me imagino que es una atmosfera absolutamente hostil. No me quita el sueño el Oscar. Ya fui una vez y no me gustó”.
“Me ofrecieron solo una vez una cosa contundente y seria, y me empezó a molestar un poco que me dijeran ‘no acepto un no como respuesta’. Me ofrecían hacer un narcotraficante mexicano, ¿para ellos todos los narcotraficantes son latinoamericanos? Son el país que mayor consumo de droga tiene. Primero, no me gustó, y segundo, me quería venir a mi casa, hacía seis meses que estaba haciendo teatro en Madrid, quería ver a mi mujer y a mis hijos”, agregó sobre la propuesta para Hombre en Llamas.
Luego añadió que “después de una semana de decirles que no, me preguntaron si era una cuestión de dinero y me dijeron que con eso no iba a haber ningún problema, pero no me interesaba. Me estaba yendo bien, la ambición te puede llevar a un lugar muy oscuro”.
Respecto del dinero que podría haber ganado haciendo la película, Darín dijo “¿y para qué sirve? Me pego dos duchas de agua caliente por día. Soy todo lo feliz que puedo ser, tengo una familia increíble, la gente me quiere, ¿qué más querés? Tengo un auto de alta gama y me da calor porque es demasiado. Soy un tipo privilegiado, tengo mucha suerte.
La estigmatización de los actores latinoamericanos en Hollywood es algo de lo que hablamos extensivamente en artículos anteriores, y de cómo siempre los llaman para realizar los mismos roles, y esto se ve reflejado nuevamente en esta anécdota que cuenta Darín, pero no todos le dicen que no los papeles que les ofrecen, claro, porque la oportunidad de empezar en una película tan importante también te abre un montón de puertas en otros lugares.
Darín le dijo que no a Hollywood porque ya contaba con un renombre en Argentina (y también en España y Latinoamerica), su ambición no era superior a esa y tampoco veía a Hollywood como el paraíso de todo artista. Sin embargo, también se requiere mucho valor para aceptar una oferta de este estilo, ir a trabajar un país nuevo, probablemente en un ambiente hostil con los extranjeros y salir victorioso de allí.
