Es curioso, pero la memoria colectiva de varios críticos (no veteranos) de cine asegura en sus deficientes crítcias y reseñas a Rocky vs. Drago, que la Rocky IV original “fue un rotundo éxito y la mejor de la franquicia” en 1985, año en el que muchos de ellos ni siquiera habían nacido, y que además se atreven a asegurar que la reciente edición del director de Sylvester Stallone no sólo es inferior, sino que arruina a la original.
¿Por qué Rocky vs. Drago: Director’s Cut es perfecta y mejora la saga completa?

Pero nada más lejos de ello. Yo fui a ver Rocky III en adelante a sala de cine, y recuerdo claramente las críticas y los ataques a Rocky IV por considerarla “partidista” de Ronald Reagan en plena Guerra Fría.
También recuerdo cómo todo mundo odiábamos al estúpido robot semi-sexual que le regalan a Paulie Pennino, y por supuesto el tema de la toalla que Rocky se niega a tirar, fantasma mal explicado que lo sigue el resto de la trama.
¿Y el tan mencionado “filtro azul que arruina la película”? ¡Patrañas! Stallone no iba a destruir su propia obra, y a final de cuentas de eso se trata un Director’s Cut: de lo que quería el director originalmente! El tratamiento visual para elevar la calidad a UHD es genial y escenas inéditas como Adrien y Rocky charlando en la cocina o el monólogo de Rocko frente al espejo son extraordinarios.

Así que no, novatos “críticos” pugilistas: Rocky vs. Drago no es imperfecta.
¡Todo lo contrario, perfecciona la historia y complementa el sentido de toda la saga!
