Confronting A Serial Killer, la nueva serie de true crime de Starzplay nos trae la investigación que realizó la autora Jillian Lauren sobre la prolífica carrera de Samuel Little, el que se considera el asesino más brutal de la historia de Estados Unidos. A Little se le adjudican más de 90 víctimas, muchas de ellas aún sin reconocer, y la investigación de Lauren fue un trabajo contrarreloj para conocer los detalles antes de que el asesino muriera en prisión. Pero ¿quién fue Sam Little?
¿Quién fue Samuel Little, el asesino de la nueva serie de true crime de Starzplay?
Según su propio relato, Sam Little nació el 7 de junio de 1940 en Georgia y su madre era una prostituta. Quien se ocupó mayormente de criarlo fue su abuela, aunque a los 16 años Little ya tenía su primer encontronazo con la ley: fue procesado por ingresar a robar en una casa en Nebraska y enviado a una institución para delincuentes juveniles.
Recién para su segunda década de vida, Sam Little se reencontró con su madre y se fue a vivir con ella a Florida, sin embargo sus enfrentamientos con la ley continuaron: Little entraba y salía de prisión por múltiples causas, que iba desde robo hasta violación. En sus múltiples entradas a la prisión, Little aprendió a boxear, actividad que realizó semi-profesionalmente y que luego utilizó para atacar a sus víctimas.
Su carrera como asesino, según, de nuevo, el mismo Little comenzó a principios de la década de los 70, pero recién en 1976 entró en el radar de la ley como sospechoso del ataque a Pamela Key Smith, por el que fue sentenciado a unos pocos meses en prisión. Las acusaciones a Sam Little combinaban, no solo sus ataques a mujeres, sino también múltiples casos de robo, actividad que parecía era el sustento de Little durante el día.
Hasta que fue finalmente aprehendido en el 2012, Sam Little continuó enfrentándose a la ley y siendo sospechoso de casos de robo, agresión, violación y asesinato, incluso, en los años 80 pasó un par de años en prisión por su ataque a Laurie Barrios, pero la verdadera astucia de Sam Little se encontraba en su elección de víctimas: la mayoría de ellas eran mujeres negras, de clase baja, prostitutas y/o adictas, a quienes, según el mismo Little, nadie iba a extrañar demasiado.
La mayor parte de las víctimas de Little se convirtieron en víctimas anónimas, que nadie reclamó y que la sociedad olvidó rápidamente. Las pocas sobrevivientes, al tener las mismas características, eran consideradas testigos poco confiables y descartadas por la justicia rápidamente. Así, Little pudo continuar con sus crímenes a lo largo y a lo ancho de los Estados Unidos, en 19 de los 50 estados del país.
Como decíamos, recién el 2012 se pudo unir el nombre de Sam Little a algunos de los múltiples asesinatos que el estadounidense venía cometiendo desde los 70. Para ese entonces, Little vivía en un hogar para personas en situación de calle y fue detenido, en primera instancia, por un cargo relacionado con drogas. Sin embargo, el ADN reveló que Little estaba conectado a los asesinatos de Guadalupe Apodaca y Audrey Nelson, ambos ocurridos durante 1989. Más adelante, también se lo conectó con el asesinato de Carol Ilene Elford, ocurrido en 1987, también a través del ADN.
En el juicio, que se llevó a cabo en el 2014, Little se declaró inocente, pero esta vez no pudo escapar a la condena: le otorgaron la sentencia de tres cadenas perpetuas sin posibilidad de apelar. Además, también durante el juicio, se conectó su nombre a otros 40 asesinatos que todavía esperaban justicia.
Ya en prisión, Little comenzó a confesar el resto de sus crímenes y en el 2018 recibió una cuarta condena por el asesinato de Denise Christie Brothers. En conversaciones con el Texas RangerJames Holland y con la misma Jillian Lauren, Sam Little dijo haber matado al menos a 93 mujeres, dando detalles muy específicos sobre sus crímenes. Incluso, el asesino dibujó los rostros de sus víctimas, ya que, además, era un talentoso artista.
Las confesiones de Sam Little llegaron, sin embargo, demasiado tarde. Muchos de los cuerpos de las mujeres que Little confesó asesinar nunca fueron recuperados o se hallaban bajo la etiqueta de “Jane Doe“. El FBI llegó a socializar los retratos de Little para intentar contactar a allegados de las víctimas que pudieran reconocerlas y así acercarse más a alguna noción de justicia.
Sam Little murió a los 80 años en prisión, en el año 2020, habiendo cumplido tan solo unos pocos años de su sentencia. La justicia logró conectarlo con al menos 60 casos de asesinatos ocurridos durante sus años de actividad, mientras que muchos otros quedarán impunes.
