La segunda temporada de Never Have I Ever le falla a su protagonista

Netflix estrenó el fin de semana pasado la nueva tanda de episodios de Never Have I Ever, la cual devoré absolutamente como fan que fui de la primera entrega. Sin embargo, me ha dejado con un mal sabor de boca, pues la serie le falla a Devi, su protagonista.

En la temporada pasada, Devi metió varias veces la pata no solo con su familia, sino que también con sus amigos, y esta temporada parece que ella se dedica a arruinar las cosas aún más a su alrededor, volviéndola nada querible para la audiencia. Es decir, un personaje con el cual es difícil de empatizar por más que queramos.

Por supuesto, Devi es una adolescente con muchos problemas debido a la muerte de su padre. Sus ataques de ira son un claro ejemplo de que aún no puede superar esa gran perdida. Y claro que entiendo de dónde vienen sus acciones (me pongo en sus zapatos) y defiendo que no sea perfecta, porque honestamente, ¿Quién sí lo es y más a esa edad? Además, de lo contrario, Devi sería un personaje aburrido  y no habría ningún conflicto en la trama.

Sin embargo, es hora de que la serie la deje avanzar, que la deje madurar y enfrentar los sentimientos que guarda para sí misma. Me fue doloroso ver a Devi cometer error tras error y no aprender, al menos sinceramente y con el corazón en la mano, de ello. Creo que ya fueron suficientes tropiezos… aunque al parecer al final de la temporada hay un atisbo de luz para un verdadero cambio.

Por otra parte, estoy feliz de que la serie por fin desarrolle el personaje de Paxton adecuadamente, pues en la temporada pasada parecía que solo era el chico sexy, cabeza hueca y popular de la escuela. En los nuevos episodios se le hace justicia. Paxton no solo es el interés amoroso de Devi, sino que se muestra como alguien que tiene metas en la vida y una historia familiar única.

También la cultura variada es algo que me sigue gustando de Never Have I Ever: Devi es india, Paxton es mitad japonés y Ben es judío. Y esta temporada se explora un poco de la historia de los japoneses en Estados Unidos, es algo breve, pero importante para la representación de minorías.

Paxton no es el único personaje que tiene un buen desarrollo esta temporada, también lo tienen Kamala y Nalini, la prima y la madre de Devi, respectivamente. Fue refrescante ver a Nlini por fin intentar comunicarse con su hija y entenderla, mientras que Kamala aprendió de Devi a defenderse por sí misma y luchar por lo que es justo. También la inclusión de Aneesa y Dr. Chris Jackson aportaron mucho a la trama y sirvieron para introducir otros temas importantes como los desórdenes alimenticios y la paternidad mientras se sigue tocando el duelo, la amistad, las personas LGBT+ y la aceptación a uno mismo.

En cuanto al triángulo amoroso entre Devi, Paxton y Ben aunque se intensificó ahora que Ben y Paxton están conscientes de que van por la misma chica, no creo que se pueda extender aún más esta subtrama sin que los tres en el camino hieran a otras personas. Aun así, me parece interesante ver cómo Devi se nutre y crece de ambas relaciones, aunque al final del día todo apunta que Ben es el indicado.

En conclusión, la segunda temporada de Never Have I Ever tiene un buen desarrollo de personajes mientras sigue tratando temas importantes y actuales para las generaciones jóvenes con un toque de humor único. La única falla que le encuentro es que siga sin hacer madurar a Devi lo suficiente para que uno sienta total empatía por ella, por lo que la tercera temporada tiene que arreglar esto.