#Crackle apostó nuevamente, y con razón, a esta entretenida comedia. Y aquí estamos nosotros, It’s Spoiler Time, para resumírtela.
En esta segunda temporada, y luego de haber dado el gran golpe, deciden escapar a tierras españolas para disfrutar de lo “ganado”, pero, vaya casualidad, son interceptados por policía aeroportuaria y para no caer tras las rejas huyen sin su preciado botín.
Aunque tristes por lo que han creído una derrota, la banda de Albert & Cía descubren en España una tierra de oportunidades a partir del bar que quieren instalar sobre la costa. Pero no todo será sencillo…
La habilitación del mismo es la puerta para la aventura de esta nueva temporada, o sea, el primer escalón para comenzar nuevamente a meterse en problemas.
En esta ocasión, y no sabemos si es por la locación o por el auge de las series españolas, hay nuevos protagonistas como Úrsula Corbero (La Casa de Papel), Tristan Olloa (Fariña) y Pau Poch (Merlí).
Olloa como el Mayor Ortega será el malo de turno, que al revés de su gran papel en Fariña,si bien acá también es el brazo de la ley pero muy corrupto: es el que maneja el pueblo.
Volviendo a la trama, los Hills no solo deben vérselas con él para la habilitación del restaurante: directamente terminarán trabajando para Ortega y para colmo de males se enterarán que posee su botín.
Con todo esto comienzan los enredos para deshacerse de él y recuperar lo que es suyo y salir airosos.
Para ir terminando, a diferencia de la primera temporada donde nos quedamos asombrados por su soundtrack, acá disminuyó bastante en calidad. Aún así, es una serie infravalorada que vale MUCHO la pena.