10 momentos inolvidables de la sitcom por excelencia

Los que me conocen saben que tengo una gran debilidad por esta sitcom: Seinfeld no sólo hizo historia en la televisión estadounidense al registrar récords de audiencia, sino que además creó el concepto de hacer comedia con situaciones tan ridículas como cotidianas.

La comedia sobre nada nos regaló grandes escenas, y después de ver sus nueve temporadas, es difícil hacer un conteo… Pero aquí les presento estos 10 geniales y divertidísimos momentos de estos cuatro amigos comunes, que lograron ir fuera de lo común en cuanto a las reglas televisivas.

Y si estás leyendo esto y nunca viste la serie o no la terminaste de ver, es momento que después de leer esto corras a verla… ¡Es una orden!

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Si algún jovencito me está leyendo, hace un par de años tener una máquina contestadora era lo máximo. Esto se daba, por el simple hecho de que antes de la existencia de los smartphones la vida era más simple y las personas se comunicaban con puras llamadas.

Ahí de la vital importancia de dejar un mensaje de voz, ya que además los celulares todavía no eran un objeto común y accesible. George Costanza decidió instalar esta máquina en su departamento y con un propósito tan tonto como su personaje: para evitar poder comunicarse con una de sus conquistas. Esto, debido a que la señorita en cuestión no quería asistir con George a un evento y para que nuestro amado y calvo personaje no se quede sin pareja. Así, dejó que la contestadora atienda todas sus llamadas y poder lavarse las manos. 

La extremadamente ñoña canción del mensaje pregrabado de su máquina es lo que hace de esta escena inolvidable.

Jerry tuvo un gran vecino que se casó y tuvo dos hijos. En su momento conoció a la primera hija de la pareja después que Kramer lo insista mucho ante la también insistencia de la pareja con la misma pregunta: ¿Cuándo vendrán a conocer al bebé?

Muy a pesar de él mismo, Jerry conoció a la primera beba de la pareja (si quieren ver la escena, pueden darle click AQUÍ). Pero un tiempo después, en un viaje a los Hamptons, Elaine y Seinfeld ahora vieron al niño de la pareja y ocurrió que el bebé era feo, sí, el bebé era horrible. Y no se hagan, estoy segura que a más de uno nos pasó que vemos a un bebito arrugado y no podemos evitar decirlo: el bebé es feo.

Lo siento, asociación de madres de familia y grupos de Whatsapp de mamás.

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Jerry empezó a salir con una mujer llamada Gillian y todo indicaba que esto podría ir por buen camino. Gillian es bella, inteligente, educada, independiente, poderosa y con sentido del humor. Pero si de verdad conocemos a Seinfeld, sabemos que es un hombre de detalles, y este pequeño defecto no podría jamás pasar desapercibido: Gillian tiene las manos menos femeninas del mundo, por no decir que simplemente tiene manos de hombre.

Nuestro protagonista hizo todo lo que pudo por intentar que este detalle no lo afecte, pero después de salir a cenar con la mujer, se dio cuenta que no podía sacarse esas manos de su mente.

Un enorme cartel luminoso rojo ubicado junto a la ventana del departamento de Kramer lo está por volver loco. El destello es fuerte y hasta se escucha el ruido de la energía de las luces fluorescentes. Kramer le propuso a Jerry vivir juntos, una clarísima mala idea; pero posteriormente el vecino de Seinfeld le dijo que lo mejor sería cambiar de departamentos por un tiempo, ya que Jerry tiene el sueño pesado y podría descansar, a diferencia de Kramer.

El resultado de dormir en ese departamento transformó a Jerry en su vecino.

Frank, el papá de George, es un señor explosivo. No tiene paciencia, grita, ordena y es malhumorado. Como a veces le gana la ira, un profesional le recomendó escuchar unos cassettes de relajación, y es ahí donde salió el término Serenity now.

Cuando Don Frank se pone nervioso y le sube la presión, cita la frase Serenity now   (Serenidad ahora), la misma que debe repetir para calmarse. El señor la repetía tanto y a su manera, que Kramer también decidió usar la técnica.

La frase se volvió un slang y muchos estadounidenses la usan hasta el día de hoy.

Elaine estaba pasando por su mejor momento profesional. Era la líder de su equipo, y además de ser jefa, era de las más populares de su oficina. Ella le pide a George que la acompañe a la fiesta de fin de año de su trabajo; todo iba bien hasta que ella decidió abrir la pista de baile. Elaine baila tan pero tan mal que, aparte de matarnos de la risa, logró que todos sus compañeros le pierdan por completo el respeto.

Cuando George le comenta este incidente a Jerry, las imágenes de Elaine bailando volvieron a los pensamientos de Seinfeld como una pesadilla. Pobre Elaine Benes.

En Nueva York hay un lugar donde uno puede encontrar la mejor sopa del mundo. Pero hay un precio que Jerry, George y Elaine tienen que pagar para disfrutarla: el dueño y chef de este pequeño establecimiento. Así conocimos al Soup Nazi. Este tirano no acepta billetes de alta denominación, no le gusta que sus clientes se demoren y a diferencia de la competencia sí cobra por el pan.

Pero… ¿Por qué si este chef es tan desagradable, hay una larga fila frente a su local? La respuesta es simple: Porque su sopa es más que deliciosa.

¿Y pueden creer que este personaje está inspirado en un dictador como él? Fue una gran publicidad para su negocio, pero hasta hoy sigue muy molesto con la parodia.

NO SOUP FOR YOU!

Desde 1966 el escritor Daniel O’Keefe celebraba con su familia el Festivus, una fiesta alterna y opuesta a la Navidad que se celebra cada 23 de diciembre. Esto como modo de protesta a los clichés de las fiestas navideñas. En 1997 su hijo Dan se convirtió en escritor de Seinfeld, y se le ocurrió introducir el Festivus en uno de los episodios, llamado The Strike.

Frank Constanza va a una juguetería un día antes de Nochebuena para comprar una muñeca. El problema es que sólo quedaba una, y tanto él como otra persona la agarran al mismo tiempo y terminan peleando por ella. Es ahí cuando el viejo se dio cuenta que el mundo necesitaba una nueva celebración, y creó el Festivus. A Festivus… for the rest of us!

A partir de ahí la celebración se popularizó con los años, hasta convertirse actualmente en una alternativa a la propia Navidad para aquellos que rechazan su aspecto eminentemente comercial. Sí: Festivus se volvió una fecha en la cultura pop, y la celebran no sólo los fans de la serie.

¡CREER O REVENTAR! 🙂

El episodio favorito de muchos es aquel que muestra cómo los cuatro amigos se pierden en un estacionamiento subterráneo. Kramer (que está cargando un aire acondicionado) no encuentra su carro, y los personajes recorren todo el episodio buscando el vehículo y enfrentándose a todo tipo de situaciones.

Lo que hace a este capítulo tan especial es que el final es un verdadero momento para la producción de la serie, ya que la escena fue completamente improvisada. Larry David (creador de la serie) dijo que muchas veces dejó que la cámara siga grabando ante un error dentro del guión y los resultados son MUY buenos.

En este caso, Michael Richards (Kramer) se lastimó mientras cargaba el aire acondicionado en el auto. Poco después, el carro no arrancó pero la escena continúo hasta el final del episodio.

Para todos, un final excelente pero que no estaba en los planes ni en el guión.

Uno de los mejores episodios de Seinfeld con la particularidad de que vimos a todos los personajes con historias separadas y por su cuenta durante todo el capítulo.

La trama de Elaine es genial, y su actuación una verdadera joya cómica. Ella se subió al metro para ir a una boda de una pareja lesbiana, algo que en el momento en que se transmitió el episodio dio bastante de qué hablar. Elaine nos recuerda nuestra propia experiencia en cualquier línea de metro de la Ciudad de México en hora pico. Angustia, ansiedad y completa desesperación. Sus caras y reacciones mientras escuchábamos su voz en off como reflejo de sus pensamientos, son el condimento perfecto para una desopilante escena. Y lo hizo tan bien… porque según la propia Julia Louis-Dreyfus fue una jornada complicada. Además de ser extensa, en ese momento estaba en sus primeros meses de embarazo (por ello el abrigo pesado y el enorme regalo en sus manos para tapar la pancita) y sufría de muchas nauseas, por lo que se sentía de verdad exhausta y abochornada.

¡Soy muy fan de este momento! 🙂 🙂 🙂