El cuarto capitulo de American Horror Story nos entrega un auténtico regalo de Halloween al realizar la cena de los sueños de todo amante de los relatos de terror. Una mesa que pueda albergar a los mayores asesinos en serie de la historia norteamericana.
Devil’s Night
Lily Rabe se devora por completo el episodio con su interpretación de Aileen Wuornos la asesina en serie norteamericana que fuera interpretada por Charlize Theron en el film que le valiera su merecido premio Oscar.
Aileen Wuornos fue ejecutada por todos sus crímenes cometidos y sus ultimos años brindó una serie de entrevistas que luego se convirtieron en el documental Aileen Wuornos: The Selling of a Serial Killer, dirigido por Nick Broomfield.
El siguiente de los comensales invitados a la noche del diablo del Hotel Cortez será Richard Ramirez (Anthony Ruivivar) el merodeador nocturno. Famoso asesino serial que no respondía a patrón alguno para la elección de sus víctimas lo que en la vida real dificultó notablemente su detención por parte de las fuerzas policiales.
Otro de los invitados fue Jeffrey Dahmer(Seth Gabel) célebre asesino serial conocido no solo por esta actividad sino también por ser necrofílico y canibal. Su vida fue retratada en el film Dahmer protagonizado por Jeremy Renner.A diferencia de los casos anteriores el pasado de Jeffrey no fue traumático ni atormentado siendo el hijo querido de un matrimonio que se ocupó de darle todo lo necesario para su bienestar.Lo que derriba las teorías que aseguran que los asesinos en muchos casos son emergentes de una infancia traumada. Y nos acerca a la perturbadora idea del mal absoluto, innato e inevitable.
El último de los invitados a la cena de los freaks es John Wayne Gacy (John Carroll Lynch) quien fuera conocido dentro de la historia criminalística norteamericana como “el payaso asesino” quien en un lapso de seis años asesino a treinta y tres personas, enterrando a las mismas en el sótano de su casa.
Este capítulo especial de American Horror Story se sumergió en lo más profundo de la sociedad norteamericana mostrándonos a todos sus emergentes, a toda la monstruosidad y lo más intenso radica en que casi todos los presentes no eran producto de la imaginación de Murphy sino de la realidad misma del país del norte.
