“No estamos hablando de un truco de bar aquí”, razona Jimmy con Kim, quien está empeñado en aumentar su campaña de terror contra Howard y sabotear todo su sustento. “Estamos hablando de tierra quemada”. Pero su mente parece bastante decidida. Ya ha tenido suficiente de ver a hombres como Howard, Lalo y Kevin hacer fortuna a costa de los menos favorecidos o de aquellos que simplemente se interponen en su camino. Eso es doble para los superiores de Sandpiper, que han estado esperando establecerse con sus residentes mayores, dejando que los relojes de la Sra. Landry y las vidas de su cohorte se agoten mientras su debida recompensa está inactiva en custodia legal.
Suficiente, decide Kim. Vamos a enmarcar a Howard por una apropiación indebida de fondos, o tal vez presenciar la manipulación, forzando a Cliff en Davis & Main, que estaban trabajando en el caso con HHM, a buscar los dólares del acuerdo y dejar todo en paz. De esa manera, todos los abogados, incluidos Jimmy y Kim (ahora elegibles para su corte después de dejar Schweikart &Cokely) reciben un pago, y sus sueños pro bono pueden volverse de buena fe. Además, las ancianas reciben prácticamente cada centavo de su dólar, y la única víctima real es el “revés profesional” de Howard, como concluye Kim.
Jimmy no puede entender sus crueles intenciones. Todo lo que puede hacer es pulir su taza de helado con todas sus coberturas y sentarse con asombro mientras ella dispara un par de pistolas de aire; le sonríe y comienza otro día defendiendo obstinadamente casos pro bono criminales que tienen ha sido ignorado por los mismos abogados corporativos que cobran horas por el tiempo perdido.
Fuente: AMC
El problema, y lo que ni Jimmy ni Kim saben todavía, es que Lalo se dirige hacia el norte para hacer que la tierra quemada parezca una intervención divina. No es sorprendente que haya sobrevivido al intento de asesinato de Gus. Para recordar una vez más esa escena seminal de Breaking Bad cuando Saul habla de Lalo y Nacho, se presume que Lalo todavía está vivo y disparando cuando Saul se encuentra por primera vez con Jesse Pinkman y Walter White. Nacho o Ignacio como grita Saul, podría estar bien o estar a 6 pies de profundidad. Como Vince Gilligan, Peter Gould (quien coescribió este final con Ariel Levine) y los escritores aplicaron ingeniería inversa a esa súplica que alguna vez fue intrascendente, funcionó como una clave para desbloquear las próximas revelaciones de Better Call Saul, las mismas que han estado girando lentamente durante el máximo momento de tensión. O tal vez es más exacto sugerir que lo usen como una llave de tubo, que nos hace temblar los nervios con una firmeza comparable a la de Lalo empuñando su kit de herramientas, porque esa escena entre él y Nacho en el garaje presagia la facilidad mecánica con la que Lalo despacha a los asesinos, facilitado cuando Nacho deja la puerta trasera entornada justo después de las 3 AM (cada segundo cuenta, ¿no?). Pero también es uno de varios momentos a lo largo de este episodio muy bien llamado Something Unforgivable (Algo imperdonable) que juega con nuestras expectativas y las de Nacho de lo que Lalo es capaz de hacer (no es de extrañar que él y Kim estén tan igualados).
En un minuto, él sonríe mientras abraza a su equipo y al siguiente está advirtiendo al joven agente de seguridad Ciro por no apresurarse a descargar su equipaje. Luego se lo pasa con Don Eladio y dinero en efectivo (y vaya, Steven Bauer adopta la dirección para realmente deleitarse con su machismo pegajoso), pero está allí en la visión periférica de Nacho, mirando con intención como su protegido. intenta ganarse a su jefe volátil.
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Más tarde, de vuelta en un patio en Chihuahua, Lalo es pura camaradería mientras toma unas bebidas con Nacho, sin siquiera sospechar nada más que la incompetencia de Ciro cuando el humo se eleva desde el interior de su cocina. Pero una vez que mira a los ojos de un francotirador, no se inmuta para convertir a Ciro en un escudo humano y rápidamente usa todas las armas a su alcance, especialmente la sartén hirviendo con grasa caliente, para asesinar a cada uno de los hombres enmascarados de Gus, solo después de asegurarse de que se envía un mensaje señuelo de que la tarea fue desordenada pero completa.
Cojeando y lívido, Lalo emprende un viaje no muy diferente de lo que Jimmy y Mike experimentaron después de ser emboscados por el dinero del bono de Lalo, solo que no dejó sobrevivientes para frenarlo y está un paso por delante de sus rivales e intermediarios (eso significaría Nacho) que lo preparó para morir. No podría recurrir a Eladio y Bolsa si quisiera; lo colgarían donde estaba parado por ser engañado por Nacho y dejarlo resbalar al amparo de la noche. Es dudoso que Lalo busque su consejo de todos modos. Son para él lo que Howard y Cliff representan para Kim: señores ingeniosos e indignos a los que él está pateando.
Pero las grandes aspiraciones, ya sean de Lalo o de Kim, tendrán que esperar… Ya casi amanece, y hay que pagar un infierno.
