En este episodio las cosas están aún más complicadas para Olinsky y para Voight. Han liberado a Ruben Gilbrighty, le retiraron los cargos por posesión. Es que este testigo está siendo protegido por Woods ya que quiere asegurarse de hacer caer a Voight y los suyos.
Esto tiene bastante alterado al jefe que envía a Ruzek a investigar todo lo que pueda sobre el caso.Así es como descubren que han llamado al gran jurado y quien será el fiscal de la causa es James Osha a quien Hank intenta encontrar desesperadamente. Aunque a pesar de todo lo que Hank está haciendo Alvin le dice que quizás lo mejor es dejar que todo pase, cumplir su condena y asegurarse salir de eso.
Pero sabemos que Hank no lo aceptara, y además el caso al cual se enfrentan también lo tendrá alterado. Una adolescente Hannah Cates se contacta con él buscando ayuda. Lo clave de esto es que ella fue alumna de Camille, la esposa de Voight, por eso él no duda en ayudarla en ningún momento. Ella es secuestrada y siguiendo el rastro de la camioneta a la que la subieron llegan a un robo a una cooperativa.
Voight está seguro que ella está siendo obligada a hacer todo, aunque cuando la ven dentro del robo de un banco la unidad deja de pensar lo mismo. Ellos logran rastrear a Addie Sumter, amiga de Hannah, que identifica a los hombres que están con ella. Uno es Mike, novio de Hannah, asegurando que todas las decisiones que toma la adolescente es por él.
El caso termina de la peor manera ya que la joven junto a su novio reciben los disparos de la policía luego de haber secuestrado un negocio de venta de autos. Por otra parte, a pesar de lo que Olinsky y Ruzek le recomendaron, y al no atenderle el teléfono… Hank va a ver a Osha y todo se complica más ya que Woods estaba ahí. El jefe le deja en claro que lo va a hacer caer.
Hank habla con Él sobre todo lo que pasó, lo de Hannah y la situación que está atravesando. Por eso lo que le dice Olinsky es clave: No se puede salvar a todos.