Violet es como el Quijote contra los molinos de viento en los asuntos del hospital. Por más que trata de defender su punto de vista, nadie está de acuerdo con ella, ni su propio hijo. El cambio es inminente. Y la modernización no se puede detener. ¿Será que ella misma accederá al cambio, o no le quedará más que resignarse?
Tom es otro que lucha contra la modernización de cierta forma. Como Carson sigue jugando con sus sentimientos, él sigue en busca de otro empleo.
Su búsqueda lo lleva a una gran casa, mejor dicho, a una, que es sus buenos tiempos fuera una gran y próspera casa. Ahora, totalmente reducida, con grandes salones vacíos y sin más personal que el estrictamente necesario. Tom no ve futuro alguno, aunque el amo de la casa asegura, en su senilidad, que la suya sigue siendo una próspera casa. Cuando en realidad, está al borde de la pobreza, sin más recurso que el gran palacete que posee.
Edith se encuentra con un antiguo conocido. Es él quien la reconoce a ella. Él la invita a tomar un café después del trabajo. Con la renuncia de su editor y el poco tiempo que queda para entregar la revista para impresión, no le queda tiempo para aceptar la amable invitación del gentil caballero, así que Edith va a disculparse.
El amigo no pierde la oportunidad para estar con ella, así que ofrece pasar la noche en vela apoyando en la labor de sacar a tiempo la editorial haciendo café, sándwiches y encargos. A lo cual Edith accede. El amigo resulta ser una excelente aportación por sus atinadas recomendaciones.
Es más que obvio. Huele a romance, e incluso a una doble boda.
A pesar de las diferencias con la noble familia y los malos entendidos con Lady Cora, por fin Carson y Mrs. Hughes logran desposarse. Una ceremonia simple, pero tal como la novia quería.
Un capítulo que nos trae una gran sorpresa. Branson está de vuelta. Ha tenido que ir a Boston para darse cuenta que su verdadero hogar y su verdadera familia están en Downton.
¿Están pensando lo mismo que yo? Yo no creo que Branson haya regresado porque Downton “es su verdadero hogar”. Yo pienso que regreso por alguien en particular.