El tercer capítulo de El hipnotizador planteó mas interrogantes que respuestas. Justina una joven heredera aristocrática se presentó ante Arenas acompañada por el Sr Rubini. Ambos deseaban recordar los orígenes de un famoso cuadro que poseía la mujer en su haber desde su más tierna infancia.La hipnósis parece ser la única forma en que Justina recuerde si efectivamente el retrato fue pintado por ese artista y así lograr vender a mayor precio la obra.
A su vez, y en otra línea argumental, el Sr Suarez descubre los robos realizados por Luiz y le informa que será despedido al terminar el mes dado que no desea que sus espectáculos de variedades sean empañados por hechos delictivos.Pero Luiz no piensa abandonar tan rápido ese lugar que considera su propia casa y encuentra entre la documentación del Sr. Suarez una documentación que podría perjudicarlo por lo que su juego es claro: de ladrón pasará a extorsionador, logrando que de esta forma su despido no sea inmediato.
Por su parte Anita decide seguir a Gregorio y descubre que algo extraño ocurre con el joven botones y lo increpa para que el revele sus intenciones, pero el joven sólo le pide paciencia y discreción “Todo esto es por el bien del Sr Arenas” es la única aseveración que alcanza el joven. Mientras tanto el Sr Salinero sospecha que algún vínculo romántico une a los dos jovenes.
Llega el momento de la hipnósis y es entonces cuando a través de la misma se descubre el fugitivo romance de Adele (la abuela de Justina) con el pintor Falconnet, revelación que trauma a su joven nieta pero a la vez permite realizar la venta del cuadro a un precio elevado.
Luego de realizada la venta se descubre que Rubini iba a estafar a la heredera,pero esa maniobra es frustrada por medio de una llamada anónima. Arenas se acerca a Justina y la felicita por haber fingido esa sesión de hipnósis y lograr así vender un cuadro que poco tenía de original. La joven, al igual que el mismo Arenas, admite jugar con la ilusión y darle al comprador una buena historia para contar y a su vez estafar al estafador.