El clima está por demás enrarecido en la vida de Arenas con el hotel cerrado, como así también el teatro.No le queda mas remedio que hacerle frente a sus propios fantasmas y así lo hace en este capítulo en el que se enfrenta a su némesis: el temible Darek.
Este detestable ser le confiesa que su odio proviene del momento mismo en que Corelli lo utilizó para separarlo de Livia, en aquel tiempo en que (para Darek)todo era perfecto. Pero Arenas dice las palabras justas “nada era perfecto entre ustedes, porque Livia no lo amaba”.
Entonces Darek movido por el intenso dolor de esas palabras hipnotiza a Arenas para que termine yaciendo en un lugar repleto de serpientes como las que le dieron muerte a su amada. Sin embargo nuestro infortunado héroe logra escapar y es entonces cuando vuelve a la Feria de atracciones para hablar con Celso, aquel ilusionista que conociéramos en como el “coleccionista de días”.
Celso manifiesta que puede ayudarlo a conciliar la paz, pero que es una misión muy riesgosa.Con la ciudad destruyéndose Arenas entiende que queda poco por perder y se somete a los encantos de una adiestradora de serpientes.
De pronto todo se vuelve borroso y el hipnotizador desaparece de nuestra vista.Lo último que oimos en este episodio es “Arenas ha muerto”.