Sin conocerse, Ben, Natalie, Asia, Sean y Emma despiertan una mañana con sus nombres y pasaportes encabezando todas las noticias. Acusados por el gobierno ruso, sus rostros han sido vinculados con un video del secuestro del Ministro de Defensa iraní durante una visita secreta a Moscú. Frente a esto, su negación, risa, indiferencia e ira son completamente en vano. La implicación y cobertura pública del crimen da vuelta sus vidas y los sumerge en una tormenta de especulación.