Desde el primer episodio de esta decimoséptima temporada de Grey’s Anatomy sabemos que es la temporada más cruda porque es la primera vez que se mete de lleno en una problemática que azota el mundo entero como es la pandemia de covid. Particularmente este episodio se corre de la emoción de volver a ver viejos personajes y se mete de lleno en el lado más desgarrador de la pandemia.
Es que en este episodio Miranda Bailey recibe a su madre, quien padece alzheimer y vivía en un centro de retiro, llegó por contagiarse de covid. El panorama es desolador y ella deberá afrontar que llegó el momento de despedir a su madre de la forma en la que ningún ser humano quiere despedir a un ser amado.
Así que este será el eje de este quinto episodio de la temporada, también tenemos una actualización en el estado de Meredith Grey que comienza a estar estable gracias a ese tratamiento experimental. Aunque es desgarrador ver como Miranda necesita de ella, y sin embargo por más que Meredith solo duerme, se encuentran en esa playa donde Miranda sin saberlo logra poder decir en palabras todo lo que está sintiendo.
Quien está grave también es Tom Koracik, quien comenzó a tener síntomas y todo apunta a que está grave. Llega al hospital y su estado hace que Amelia decida volver para ayudarlo. Lo bueno es que pareciera que está todo controlado, y que en cierta forma hicieron la pases con Teddy para seguir siendo amigos. Ante esto debemos destacar que Amelia es de las pocas que la juzga por lo que pasó con Owen.
También debemos destacar en este episodio que Jo está bastante deprimida con lo que sucede, pero será la encargada traer un niño al mundo, lo que la hace considerar cambiar de especialidad. Ella solo quiere ser feliz. Por otra parte Jackson se muestra muy preocupado por su madre ya que es paciente de riesgo, y ante lo que sucede con Bailey su preocupación es mayor.
Es divertido ver como Richard logró hacerla entrar en razón. Ahora sí, volvamos a Miranda Bailey. Recordemos que ante la pandemia ella está separada de sus hijos, de Ben y también de sus padres. Ella carga con la culpa por haber sido quien obligó a sus padres a mudarse y es Maggie quien le hace entrar en razón con respecto que ella no podría haber previsto nada, ya que está pandemia justamente tiene eso, ser impredecible.
Sin dudas este es un episodio desgarrador que finaliza con Bailey acompañando a su madre en sus últimos minutos de vida, siendo Richard Webber su único apoyo ya que su padre debe estar aislado. Un episodio que nos muestra la cara más triste de lo que está sucediendo, y a la vez la serie brinda un homenaje a todos aquellos que perdieron la vida por esta pandemia.