La muerte de el Coronel sirve como la ocasión perfecta para realizar las tareas de inteligencia que el Clan necesita. Es hora de encarar un nuevo proyecto que le permita al grupo recobrar la efectividad perdida y la víctima perfecta es Angélica Bolena, la dueña de la casa funeraria donde velaron al fallecido miembro fundador del clan.
Mientras tanto en el seno de la familia los secretos comienzan a hacerse mas visibles, a punto tal de ser inocultables. Silvia, la mas endeble de todas las hijas ha quedado embarazada de un hombre que no conoce y esta realidad no hace otra cosa que poner mas de manifiesto la hipocresia burguesa de su madre que apenas puede creer lo que esta ocurriendo con la joven.
La historia prohibida de atraccion entre Labarde y la hija de Arquímedes finalmente es revelada al padre de la familia y este toma la situación a su cargo manifestándole al mismo que ya no es parte del clan y que si se acerca a su hija morirá por ello.
Maguila y Alejandro tienen un primer encontronazo por la postura que cada uno de ellos quiere tomar en lo referente a los golpes por venir. El primero está totalmente involucrado en el proyecto del padre mientras que el segundo desea abrirse de los planes que ya son parte de la industria familiar.
El secuestro de la dueña de la casa funeraria es llevado a cabo y la misma es encerrada en el sótano familiar. En una de las visitas Alejandro descubre su cara frente a ella y la misma lo reconoce.
Poco a poco la estructura delictiva familiar va empezando a mostrar sus fisuras y se hace inminente el comienzo de un fin anunciado.