Seguramente ya estén acostumbrados a leer elogios de Humans por mi parte, pero cada vez que termino un episodio siento el deber de decirle en la mayor cantidad de medios posibles cuanto amo esta serie. La escena de la casa en la que le hacen elegir a Laura entre Sam o un señor completamente desconocido, se pone en el TOP 3 de secuencias perfectas en la serie junto a la de Max rezando o a la de Niska jugando a las muñecas. Me dio muchísima pena ese momento, por todo lo que había pasado Sam y por lo mucho que debe doler esto, que ni siquiera la persona que quiere defenderlos pueda aceptar que la vida de ellos vale exactamente lo mismo que la de un humano. Los sintéticos son perfectos y los humanos egoístas, ese es un gran problema.
El clima de este episodio fue tenso de principio a fin ya que sabíamos que a las dos de la tarde muchas cosas sucederían: La comisión iba a ser asesinada y habría un atentado por culpa de Agnes. A esto debemos sumarle que Mía también estaría en esta reunión y que si algo llegase a pasar, esto la pondría en un lugar muy peligroso. Por suerte, ellas juntas pudieron hacer que Stanley entre en razón y les perdone la vida, pero con la explosión, las cosas entre los humanos y las personas cruzaron un línea de la cual ya no hay retorno. Los pocos sinteticos que muestran la cara están haciendo que el resto caiga en la inmediata etiqueta y por culpa de unos pocos, muchos están sufriendo.
La escena en la casa fue un consecuente excelente a la de la reunión, en la que pensábamos que lo más tenso ya había pasado y eso demuestra que seguimos siendo muy ingenuos a la hora de ver series y también que los guionistas siguen haciendo un trabajo fenomenal. En estos minutos, muchas cosas quedaron muy en claras, la primera es que los robots son compasivos e inteligentes, algo que ya lo sabíamos y aunque Anatole sea la causa de todos estos problemas, lo único que hacen Laura y el resto de los humanos es demostrarle que tienen razón, que nunca podrán conseguir ser iguales y que aunque quieran vivir en paz, es imposible porque si te crees superior a alguien, no hay vuelta atrás.