Issa está raspando el piso de la cordura y nadie parece darse cuenta.
“Tan sólo dime que me amas y dejaré de aullarle a la luna Entiendes mucho más que yo a este mundo y sus criaturas Arráncame el corazón, sácame de este lugar Y llévame muy lejos, rodéame de espejos quiero ver sólo tu reflejo…”
“Obsesión” – Miguel Mateos
En un episodio por demás extraño y ajeno a la personalidad que le conocemos a Issa la vemos hundirse en la desesperación. Olvidándose de protegerse. Molly, por el contrario está más a la defensiva que nunca. Lawrence también entiende que necesita salvarse.
Carter contra todo:
Molly luego de la mirada envenenada de Taurean - Fuente: HBO
Molly es una chica de armas tomar, no le gusta que la manejen, no le gusta entender que la manejan.
En su trabajo le pasa con Taurean, su compañero, quien siempre le roba el protagonismo, el que la corrige públicamente, el que la tiene podrida.
Ella se quita los descansos de fin de semana, para que Taurean la minimice. Pero ocurre lo impensado, un juez lo cita a él a una audiencia, por lo que la presentación de un caso ante los socios debería posponerse. Ella termina mandando todo al diablo y hace la ponencia sola. La consecuencia obvia es que Taurean la comienza a ignorar. A nosotros no nos importa, no podemos hablar por ella, lo que se puede poner interesante es cierta tensión entre ambos y cómo se puede desarrollar, ya que ahora tienen que confrontar por este incidente. En una de esas, Molly tira todo lo que hay en el escritorio y le rompe la camisa a Taurean. Algo tendrían que hacer respecto al separador de vidrio, pero bueh…
Molly se levanta y deja a Andrew de plantón - Fuente: HBO
Andrew, el chico que la Carter rechazaba por no ser negro, le termina sacando un sí para salir. Todo anda sobre ruedas: broma va, broma viene. Ella le dice que de Coachella se acuerda ciertas cosas que él contó, Andrew le replica que ella dijo otras. Molly es una competidora nata, por ello le sube la apuesta con otra infidencia y él le saca a la luz su relación con ‘Dro (su amigo casado). Ella, que aún sufre por las heridas en su autoestima, se resiente fuera de toda escala. Quiero decir, venían los dos jugando el “juego” de tirarse las miserias para reirse, ella se fue del mismo sin avisar. Nos hacen vivir cerca de un minuto en silencio, hasta que Molly agarra sus cosas y se va, dejando a Andrew de plantón.
En un nuevo encuentro, forzado por Issa, ya él la corta directamente preguntándole si todas sus personalidades son así de locas. No se deja tener un segundo de paz.
Lawrence y su paso a la religión:
Chad quiere salvarse (de la falta de sexo) - Fuente: HBO
Todavía sufriendo el tratamiento por la clamidia que su vida de exceso de sexo le trajo (en realidad el no usar profiláctico), cree que debe consagrar un poco más su vida a dios. Ergo, va a la iglesia, lo acompaña Chad Kerr, su amigo adicto al sexo.
Ya en misa, el sermón no le llega como él supuso que lo haría. No se siente tocado, pero sí una de las fieles se le acerca y lo contacta. Se encuentran y ella le narra su historia, en la que en un solo año se la ha pasado trabajando para el pastor.
A Lawrence no le agrada la idea de pasársela en la iglesia y haciendo sus labores y empieza a notar que, quizá, su situación era solo una crisis.
Dee y su locura:
Issa comienza la tarea de borrar a Nathan - Fuente: HBO
Issa se va deslizando, más rápido que lento en una situación de alienación obsesiva respecto a Nathan.
Ya el episodio comienza con ella despertando alarmada, creyendo que se le habían caído los dientes. Supuestamente, este tipo onírico referencia el miedo a hacer el ridículo en público, algo que Dee parece no preocuparle, por todo lo que desarrolla en este capítulo.
Issa está patéticamente obsesionada con Nathan, ya había demostrado esto en la anterior entrega, pero aquí el salto es enorme. Quizá forzado argumentalmente, ya que ni historia en común tenían; pero muy bien actuado y mostrado. Issa todos los días se levanta de esa pesadilla y lo primero que hace es chequear el móvil para saber si Nathan le dio una señal de vida (pasó más de una semana de la última). Lo stalkea por Instagram, no puede parar.
En el colmo absoluto, se lleva a Molly hasta la casa que él y Andrew comparten, para poder revisarle la habitación y la computadora. De Nathan, nada, solo el olor de su perfume.
Lawrence e Issa: café, té y muchas historias - Fuente: HBO
Ante el reproche de Molly, que hasta ese momento no la intentó detener (poco sabía en realidad), le confiesa apenas que Nathan la hacía ver que no es un fracaso, ella precisa de ese agente externo para eso. Su amiga le hace entender que no es necesario y parece que se recupera, ya que rescata lo positivo de su futuro: La fiesta barrial que planifica. Para ello va a un curso que Lawrence la referenció y que parece sacarla de ese espiral de autodestrucción en el que se iba metiendo. Borra a Nathan de sus contactos telefónicos y de todas las redes sociales, intenta el resurgimiento.
¿Aleluya?:
Lawrence se replantea asistir a la iglesia, es demasiado tiempo - Fuente: HBO
Molly tiene mucho que razonar en cuanto a su forma de tratar a los varones (en particular). Quizá Taurean, una buena “pelea” con él le haga exorcisar esos demonios. Issa y Lawrence tuvieron un lindo encuentro al final del episodio, donde la dinámica de ambos se vio en funcionamiento. Todavía creo que él espera más de ella, que lo que Dee está dispuesta a ofrecerle. Pero quizá, toda esta experiencia de obsesión con Nathan la hagan virar. De hecho, lo que ocurre con el peluquero sigue siendo un misterio, esperemos que lo resuelvan bien, porque meter a alguien en una historia, para luego cortarlo sin sentido (habiéndose cortado toda relación con la ida de Andrew). Y el workshop al que asiste la Srta. Dee queda en el mismo edificio donde trabaja Lawrence… Haga usted las matemáticas.
