Bueno, pasó una semana desde que Michael murió y se nos hizo muy complicado este capítulo. Hubo cuatro momentos en los que Jane lloró, cuando arrancó el episodio, cuando vio la foto de Michael, cuando tenía que subir a leer el primer capítulo de su libro y cuando escuchó el mensaje. En esos momentos, también lloramos nosotros.
Pasaron 3 años desde la muerte de Michael y todo cambió en la serie. TODO. Lo primero que notamos es que Mateo es insoportable. A pesar de la onda que se le pueda poner, ese niño es el hijo del demonio. Todo rompe y probablemente, noten que esto sea por la falta de figura paterna o porque su segunda papá murió. Pero ahora, Jane y Rafael tienen que aceptar que es problemático.
Caso contrario al que acabamos de comentar, es el de las hijas de Petra, las dos aman a su madre, a su medio hermano y al mundo en general. Son divinas, amorosas y dos angelitos caídos del cielo que hasta entienden que su hermano sea un descontrol. Y por primera vez tenemos una familia perfecta. Esto era algo que todos queríamos ver y estos tres años le sirvieron a Petra, Jane y Rafael para lograr la perfección en la relación familiar. Todos, están juntos y eso es algo que nos trajo algunas sonrisas en el episodio.