Luego del final del primer episodio, John Constantine salió corriendo con el rabo entre las piernas hacia las Leyendas porque sabe que necesitará ayuda aunque no esté listo para pedirla. Él es un personaje muy solitario que odia estar rodeado de personas y eso es probablemente porque todos los que se le acercan terminan muertos o en el infierno. Entonces, aunque se acercó diciéndoles que vino a ayudarlos, pero la realidad es que tiene miedo y necesita que alguien lo ayude a no morir solo. Lo bueno de odio hacia el resto de las personas es que chocará mucho con Rory, ya que a pesar de ser muy parecidos, eso hará que se odien por respirar el mismo aire. Entonces, aunque los demonios todavía no sean muy oscuros
En estos primeros dos capítulos vimos a un unicornio y a un hada madrina, dos demonios que no están ni cerca de lo que veíamos en “Constantine” pero me parece que la idea del show en estos momentos es hacer que de a poquito se empiecen a teñir de negro. Además, es imposible meter un salto tan brusco porque lo primero que hay que hacer es respetar el tono de las Leyendas y aunque seguramente dentro de un par de capítulos, tengamos que ver Legends of Tomorrow con la luz encendida, todavía estamos viendo cosas que tienen la marca de este team maravilloso. En este episodio luchamos contra una hada madrina cansada de los deseos superficiales, enojada porque los humanos la obligaron a estar en el limbo por un montón de tiempo y aprovechándose de una pobre niña que lo único que quería era tener a su madre.
El capítulo estuvo muy centrado en Zari, ya que ella no pudo hacer nada para salvar a su madre y aunque las Leyendas demostraron que hay algunas “lagunas” en las paradojas temporales, no están en condiciones de causar un nuevo problema, así que no era una opción. Ella necesitaba hacer esto por la pequeña “bruja”, porque desde el minuto cero del que conocieron esta historia, se encargaron de ponerle todo ese peso en los hombros. No hay nada que Zari odie más que la impotencia que siente todos los días al saber que aunque tenga una máquina del tiempo, no puede salvar a su familia y eso hizo que no pueda fallar otra vez. La vimos muy enojada en el episodio de esta semana, usando sus poderes con mucha violencia y casi asesinado gente con ellos. Por suerte, las cosas terminaron bien para todos y esperemos que Zari pueda dejar de culparse.
Fuera de lo sobrenatural, algo que me llamó mucho la atención es que somos muy pocos los que estamos viajando en el tiempo. Las Leyendas eran muchas, un equipo de 6, 7, 8 personas yendo de un lado para el otro, luchando contra una Legión de villanos, pero ahora son cinco, dos se quedan en la nave y Nate se va a pasar un tiempo en la oficina. Quizás tenga que ver con el chiste de los cuatro millones de dólares extra y la realidad es que como tienen más dinero para gastar, pueden ampliar las locaciones, haciendo que la central de Washington sea algo regular. Pero la realidad es que es raro, no hizo el capítulo menos entretenido, pero se extraña el bromance de Nate y Ray o la relación hermosa de los Firestorm o lo badass que era Amaya. Esperemos que se empiecen a sumar más personas en la nave porque eso es uno de los núcleos de la serie.
La semana pasada nos habían presentado dos temas que no se mencionaban hace un tiempo, la madre de Zari y el padre de Nate. En este episodio los dos fueron muy importantes, porque aunque no hayamos visto a la madre de “Z”, ella fue la gran motivación que la persiguió durante todo el capítulo. Por otro lado, lo tuvimos a Nate con su padre y resulta que él es la persona encargada de darle dinero al Borou, así que era muy importante para el futuro de la serie. Obviamente, Nate le escapó durante más de veinte minutos, pero cuando pudo demostrarle quién era, se acercó a confirmar la historia que le habían contado previamente. No sé cómo seguirá la relación de ellos ahora y cómo esto influirá en el team, pero por ahora vemos que para él era muy importante que su padre esté orgulloso y ahora que es un superhéroe que viaja en el tiempo lo está.
