Todo se trata de confiar…
Al final del capítulo anterior Brian decide entregarle a Rebecca la información referente a su padre, pero no sólo eso, sino que también le revela de donde la consiguió: en la oficina de Naz, la jefa del sector del FBI.
Lo único que le pide es que confié en él, pero que no puede suministrarle más información y que intentará ayudarla para descifrar lo que ha ocurrido.
Tanto NZT está provocando lo esperado, efectos secundarios. Sus consecuencias comienzan a manifestarse en forma de zumbidos, paranoia y visión borrosa. Es por ello que Brian decide que es un buen momento para tener una visita con su jefe Sands, para que le suministre el antídot, pero éste le encomendó que debería salirse del entorno de Rebecca (de su vida) y de ese modo él se la suministraría.
Los días pasan y Brian cada vez se siente peor, ya no sabe qué hacer, ya que no quiere arruinar la relación de amistad que posee con Rebecca. Hasta que volviendo al caso del padre de Rebecca descubre que hay un laboratorio farmacéutico llamado Ubient que posee relación con el NZT, más bien con el químico Andrew Epperly. Brian descubre que está muerto.
Brian se desespera y trata de contactar al senador Morra (nuevamente aparece Bradley Cooper en escena).
Morra le comenta que está al tanto de todo lo referido a Rebecca, que en realidad es una prueba para saber si puede confiar en él.
Por otro lado la agente Harris da con el paradero de Andrew , a quien al principio lo daban por muerto. Lo hallaron, utilizaba un nombre falso: Daniel Kennedy. Daniel le suministró poca información sobre su padre y el NZT.
Pero Sands en realidad la uso a Rebecca como carnada, y es por ello que luego del encuentro de ella con Epperly decide dejarle un pequeño regalito explosivo al pobre químico.
Hey Andrew, mira que hay apellidos para elegir, pero Kennedy… ¡Kennedy es lo mas mala suerte que existe!