Al revelarle a su padre que consumía una droga llamada NZT, pero sin nombrar a Morra, Brian dejó en cierta manera tranquilo a su padre, aludiendo que era en cierta manera un conejillo de indias del FBI.
En otro orden de cosas, el caso de este capítulo se centra en Boyle, quien muestra en el pasado su faceta de soldado en una guerra, en la cual, junto a un compañero de armas llamado Aaron Shaw, encuentra una bolsa en su camino y esta resultó ser una bomba y le produjo perder un brazo a Shaw.
Pasado unos años Aaron acude a su viejo compañero para que lo ayude: ha matado a su esposa Kristen y dice que es inocente.
Resulta que gracias a las gestiones de Boyle le pudieron injertar un brazo biométrico y dice que no pudo controlar su brazo y ahorcó a su esposa pero que él no tuvo intenciones de ello.
Boyle, Rebecca y Finch se encomiendan la tarea de saber qué sucedió, entonces se dirigen a CRAFT, compañía de inventos en la cual se desarrolló el brazo.
Mientras tanto, el padre de Finch le consigue un abogado a su hijo y se lo comenta, ya que dice que no es para nada bueno que utilice una droga para trabajar y que en cierta forma esta maniatado por el FBI. Brian no sabe cómo ponerle freno, y lo deja en stand by.
Volviendo a lo sucedido con el asesinato, Brian investiga si ha sido hackeado, entonces se pone a estudiar hacking, se adentra al mundo y conoce gente. Luego van de nuevo al laboratorio y entrevistan al personal del aérea de la construcción del brazo. Mientras los agentes entrevistan, él revisa expedientes y le resulta familiar una frase de uno de los empleados y se acuerda que la decía una tal BlackFlagBaby: la interrogan pero ella no es. Era demasiado fácil.
A todo esto, comienzan a haber varias noticias de accidentes relacionadas con gente que poseía el mismo brazo biométrico.
Tal es el nivel de hacker que logra contactar Brian que hace creer a la bolsa newyorquina que la empresa CRAFT baja las acciones para en realidad ver si un empleado es el que está detrás de todo esto. Y así fue: resultó ser Kenny Sumida. Una vez apresado confiesa que él realizó todos esos accidentes y que un sujeto le pagó para hacer tal confusión. ¿Quién era? Así es señoras y señores, adivinaron: era Aaron que lo hizo para deshacerse de su esposa y aprovechar todos los hechos para declararse inocente, pero todos esos accidentes fueron mostrados por la cámara el suyo no. Él dice que no tiene pruebas, entonces Brian en represalia envió el código del brazo a sus nuevos amigos hackers para que se auto-pegue hasta que no confiese. Fin del caso.
Brian le comenta a Rebecca su situación con su padre y le dice que le diga que lo aprecia, pero que en cierta forma esta cómodo con lo que está realizando. Al día siguiente Brian se encuentra con su padre y le dice lo conversado con su amiga. Su padre lo comprende, pero…
En forma personal el padre enfrenta a Naz y le dice que de ahora en más como padre y abogado va a solicitar al tribunal una tutela por el llamado de doctrina de parens patriae y que su hijo no puede tomar decisiones propias porque está bajo efectos de narcóticos.