Corría el año 1984 y Wes Craven estrenaba “Pesadilla en lo profundo de la noche” un relato basado en una antigua leyenda filipina según la cual existía un extraño ser que habitaba los sueños y desde ese lugar era capaz de quitarle la vida a sus victimas. La moraleja era simple: el dormido no la cuenta. Y algo de eso es lo que ocurre en el conurbano bonaerense. El que no tiene muchas luces y sabe leer los signos que brinda la calle esta condenado al fracaso.
Diez meses después de los hechos narrrados en Kryptonita la banda parece estar desunida. A los primeros que vemos son a Faisán y a Cuñatai Guira en medio de una típica pelea conyugal, pero algo ha cambiado: nuestra paraguayita esta embarazada. Parece que los muchachos escucharon un par de temas de Whitesnake y se pusieron mimosos en este tiempo que no los vimos.
Se escuchan ruidos en el pasillo alguien viene a cazarlos, pero fracasa en la tarea porque nuestra experta de la itaka logra . Aun con la barriga llena de huesos la Cuñatai es letal.
Pero ellos no son los unicos que reciben una visita inesperada tambien le pasa lo mismo a Juan Raro, a Rafaga y el Federico. Parece que es tiempo que la banda se una y ponerse a cambiar figuritas porque hay varias que están repetidas. Y el lugar para encontrarse es Moni Moni el bar que maneja la Miyi una de las enamoradas de el Federico.
En este reducto se reúne la banda para darse cuenta que no solo los están cazando sino que alguien le esta tendiendo una cama a Federico para inculparlo por la muerte de Yeison el jefe de una mara de la zona.
El boliche Moni Moni es rodeado por un grupo que clama por la cabeza de Federico y alli dentro y al ritmo de Los desfachatados de Babasonicos se da una escena de lucha como pocas veces se ha visto en la televisión argentina.
Un gran episodio de inicio de una epopeya argenta como pocas veces se ha visto.Una apuesta al relato de género, que empezó con un público de nicho pero que sabemos que se extenderá mucho mas.